Bogotá, 9 feb (EFE).- La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, considera que el feminicidio hace parte de una "cultura machista, arbitraria, atrevida y atarvana (maleducada)" enquistada en la sociedad que debe terminar porque el asesinato de una sola mujer ya es "inaceptable".
Ramírez, que está deshojando la margarita para decidir si dejará el cargo en los próximos meses para ser candidata presidencial en 2022, considera además en una entrevista con Efe que la recuperación económica y social tras la pandemia solo será posible con una participación activa de las mujeres.
Pregunta: Uno de los problemas graves de Colombia es la violencia de género, fenómeno cuyos alcances reales no se conocen porque no hay por ejemplo cifras unificadas de feminicidios. ¿Qué se está haciendo al respecto?
Respuesta: Sí hay cifras unificadas de feminicidios, las hemos unificado con Medicina Legal, con la Fiscalía y también con la Consejería de la Mujer y esas cifras unificadas nos muestran que el año pasado cayó el registro de feminicidios, tuvimos cerca de 50 menos que el año antepasado (de 201 a 175), pero eso no es suficiente.
A mí no me deja satisfecha decir que mataron 50 (mujeres) menos el año pasado, no; es que no deben matar a ninguna, es que tenemos que acabar el feminicidio en esta sociedad.
Aquí tenemos que hacer cambios desde el aspecto cultural y eso empieza inclusive en el hogar, en la familia, en la educación a los niños varones.
Cualquier feminicidio así sea uno, es inaceptable, pero hemos reforzado la capacidad institucional para prevenirlos (...) y estamos concentrados en políticas, primero para que la mujer tenga más autonomía económica y segundo para que haya una reacción inmediata de la familia, los vecinos, los amigos de las mujeres para pedir auxilio y, por supuesto, prevenir esos homicidios.
P: ¿Por qué hay tanta desigualdad de género en Colombia? ¿Se profundizó la brecha con la pandemia?
R: Este rezago de la mujer tristemente se hizo más pronunciado durante la pandemia en el mundo entero, no solo en Colombia (aunque) yo creo que nosotros tenemos la ventaja de tener un Gobierno que durante dos años y seis meses ha venido estudiando políticas públicas que le den una mayor capacidad, más fortaleza, mucho más estímulo al desarrollo de las mujeres porque estamos convencidos que la sociedad colombiana se va a desarrollar en la medida en que las mujeres se desarrollen más.
Estoy convencida de que la economía se va a reactivar solamente si las mujeres colombianas participan mucho más activamente del mercado, de la economía, de los emprendimientos.
Pero es cierto, estamos muy preocupados; el aislamiento hizo más crítica la situación de las mujeres (...), la tasa de desempleo de las mujeres es hoy ocho puntos más alta que la de los hombres porque, entre otras cosas, toda esta carga del cuidado de los hijos, la carga del cuidado del hogar ha recaído mucho más en las mujeres que en los hombres.
Aquí el mensaje es muy claro: la sociedad colombiana tiene que rechazar esta recarga excesiva y yo diría que abusiva sobre las mujeres en materia del cuidado del hogar. Esta es una carga que deben compartir de igual a igual los hombres y las mujeres.
P: Usted, que tiene una larga carrera en el sector público, ¿se ha sentido en algún momento discriminada por ser mujer?
R: Claro, por supuesto que sí. Me he sentido discriminada, me he sentido en muchos momentos realmente hasta maltratada.
Yo recuerdo mucho a mi mamá, ella siempre me decía: 'Si tienes vocación de servir tienes que estar dispuesta a hacer cambios que de verdad perduren y en esos cambios lo importante es ir abriendo el espacio a que vengan muchas mujeres detrás de ti'.
Yo quiero que sobre estos hombros míos haya montones de mujeres, niñas, mujeres jóvenes, estudiantes universitarias que se paren acá, y desde arriban miren y se den cuenta que sí es posible dar un salto mucho más largo para que las mujeres tengan todas las garantías de equidad en la sociedad colombiana.
P: Hablemos de la pandemia. ¿Qué puede responder a las críticas que recibe el Gobierno por el manejo que se le ha dado?
R: La verdad es que esto es palo porque bogas y palo porque no bogas. Desafortunadamente hay demasiadas personas que están dedicadas a apostarle al fracaso de la estrategia del Gobierno frente a esta pandemia y me parece que eso además de mezquino es demasiado injusto para con el país.
Claro, hay una cosa muy dolorosa en Colombia: ya son 55.000 vidas perdidas, eso es una pérdida para la sociedad porque son personas, todas ellas, que hacen falta en sus hogares, son 55.000 familias que desafortunadamente quedaron quebradas por cuenta de esta pandemia en la parte emocional.
Pero también es cierto que es un país que pudo en muy poco tiempo más que duplicar la capacidad del sistema de salud, más que duplicar la cantidad de unidades de cuidados intensivos y ha podido ir reaccionando realmente para que las muertes sean un indicador que pese menos que en otros países.
Los colombianos tienen que saber que se hizo lo mejor posible con la información que había disponible y con los recursos que tenía el Gobierno, que eran muy poquitos y sin embargo se aumentaron. Yo siento que ahí vamos saliendo, obviamente con un costo en vidas totalmente imposible de recuperar.
P: El presidente Duque y usted fueron elegidos con la promesa de mejorar la seguridad pero la violencia continúa, incluso aumenta, por ejemplo, con los asesinatos de líderes sociales. ¿Qué se está haciendo?
R: Estas muertes de los líderes sociales son totalmente inaceptables, son una aberración total, y tenemos que ser capaces de evitar que esto siga sucediendo.
Dicho eso, también quiero recordar que nosotros fuimos elegidos, entre otras cosas, cuando estaba apenas empezando el desarrollo del acuerdo (de paz) con las FARC y tanto el presidente Duque como yo siempre advertimos del riesgo que tenía un acuerdo con las FARC cuando no se le habían cerrado las puertas al narcotráfico.
Lamentablemente sucedió lo que advertimos: nuestro país pasó de tener 40.000 hectáreas (sembradas) de coca a tener hoy cerca de 130.000 hectáreas.
¿Y que sucede en esos territorios donde se está sembrando la coca? Pues hay una pugna, una puja permanente por lograr el control por parte de esas organizaciones narcotraficantes, delincuentes y criminales.
Acá estamos en una situación en donde el tema del narcotráfico sigue siendo ese eje en el cual está gravitando buena parte de la violencia de este país.
Donde hay más narcotráfico se está redoblando la presencia no solamente de las Fuerzas Militares, sino en infraestructura, construcción de carreteras, de vías terciarias, más recursos para el sector agrícola, la promoción de proyectos agroindustriales de mayor escala; es tratar de quitarle esos territorios definitivamente al narcotráfico vía inversión y desarrollo.
Acá la línea es una sola: hay que acabar con las muertes de líderes sociales, con esos perpetradores de las muertes de líderes sociales sean quienes sean, vengan de donde vinieren.
P: Un ejemplo de esa violencia sin fin es por estos días Buenaventura. ¿Por qué no ha sido posible encontrar una solución a los viejos problemas de pobreza y abandono de esa ciudad?
R: Es una situación realmente que duele mucho; yo recuerdo inclusive que el obispo de Buenaventura (Héctor Epalza Quintero), que falleció recientemente, decía: 'Nosotros tenemos que solucionar estos problemas viejos con una presencia mucho más eficaz del Estado, con mucha más inversión' y se ha hecho inversión pero ha sido insuficiente.
Necesitamos de verdad lograr que Buenaventura y toda la costa Pacífica colombiana también se puedan transformar a punta de inversión, tenemos que proteger a los niños, a los jóvenes que desafortunadamente los reclutan esas organizaciones del narcotráfico.
Hay que desarticular totalmente esas organizaciones (pero) todo esto es un proceso que lamentablemente ha tomado demasiado tiempo.
P: Vicepresidenta, ¿finalmente está en sus planes renunciar para ser candidata presidencial?
R: Ese es un tema sobre el cual hay demasiadas especulaciones en el ambiente político. Yo creo que en este momento lo único claro es lo que estoy haciendo, estoy trabajando acompañando al presidente Iván Duque (porque) necesitamos que toda esta reactivación económica coja más tracción, que sea totalmente irreversible, sobre todo porque nos interesa mucho el empleo.
A mí personalmente me ha interesado mucho trabajar el tema de la población informal: ocho millones de colombianos están en la informalidad y son ocho millones de personas a las cuales la vida se les volvió más difícil a raíz de la pandemia, a raíz de los aislamientos, por esa razón he dicho: cada día trae su afán.
P: ¿No lo tiene decidido pero tampoco lo descarta?
R: No, no lo he descartado, yo he sido muy clara en eso (...) Creo que hay tiempo suficiente (para tomar una decisión).
Jaime Ortega Carrascal