Max Verstappen atribuye su segundo lugar en Miami a un incidente en la salida con Checo Pérez, donde asegura que el mexicano lo tocó, posiblemente dañando su coche. Sin embargo, los problemas de Red Bull van más allá de la mala fortuna. Durante todo el fin de semana, el equipo no logró sentirse cómodo, con Verstappen sin poder igualar el ritmo de Lando Norris y los Ferrari.
A pesar de que el coche del campeón vigente estaba en condiciones adecuadas, Verstappen no pudo alcanzar el ritmo esperado, incluso quejándose del agarre trasero durante las pruebas. Aunque en un primer momento parecía que Pérez no tocó su monoplaza en la salida, Verstappen insiste en que sí lo hizo, señalando un posible daño en el difusor que explicaría su falta de rendimiento. Sin embargo, las imágenes de la cámara onboard de Checo no muestran claramente el contacto, lo que sugiere que las declaraciones podrían ser una excusa para justificar la pérdida de ritmo.
A pesar del decepcionante desempeño de Red Bull en Miami, la situación podría haber sido peor. Si ambos coches se hubieran retirado debido al choque en la salida, las tensiones dentro del equipo podrían haberse exacerbado, permitiendo que sus rivales recortaran aún más la brecha en el Campeonato de Constructores.