La Universidad de Columbia se vio sumida en el caos cuando una turba rebelde de manifestantes antiisraelíes irrumpió en el edificio Hamilton Hall poco antes de la 1 a.m. El incidente obligó a la universidad a cerrar sus instalaciones de forma indefinida, anunciando que el campus permanecerá inaccesible "hasta que las circunstancias lo permitan".
En un comunicado emitido horas después del tumulto, la universidad informó que el acceso al campus de Morningside se ha restringido solo a estudiantes residentes en los edificios residenciales y a empleados esenciales. Esta medida se mantendrá vigente hasta que la situación se resuelva, según lo anunciado por la institución.
El comunicado enfatizó la prioridad de la seguridad de los estudiantes y expresó gratitud hacia la comunidad por su comprensión durante este difícil momento. La universidad reiteró su compromiso con la protección de todos los miembros de la comunidad académica, mientras trabaja para restablecer la normalidad en el campus de Columbia.