Bruselas, 21 abr (EFE).- Nick Cave y Thomas Houseago no vivían su mejor momento anímico ni creativo en la primavera de 2020. Así que llegaron a un trato: Nick prometió escribirle una canción a cambio de que Thomas le pintara un cuadro. Lo hicieron y ese cuadro fue el comienzo de una nueva etapa en la obra del artista, que expone a partir de este jueves en el Museo de Bellas artes de Bruselas.
La exposición, titulada "Visual paintings", es una muestra "magnífica, llena de alegría, de energía, de color y de luz", tal y como relata a Efe el director general del museo, Michel Draguet.
Aunque "también es una experiencia de contención", matiza en la misma sala donde Brad Pitt estuvo hace unas semanas colaborando con su amigo Thomas dando el toque final a la disposición de las obras.
"Es realmente un verdadero amigo", opina Draguet, por el hecho de acompañarle en algo que "tal vez fue difícil": volver a un museo "después de un largo período de soledad".
EL ARTE COMO ESCAPE
El artista británico Thomas Houseago, uno de los escultores figurativos más reconocidos del mundo, desapareció del mapa a comienzos del año pasado, justo antes de que la pandemia de covid-19 asolara el planeta.
Lo hizo por problemas psiquiátricos, que le obligaron a ingresar en un hospital para recuperarse, tras lo cual se trasladó a Malibú, donde se instaló en una casa con vistas al mar.
"La pintura es la forma de volver a la vida -explica Draguet sobre Houseago-, es tener un diálogo con la naturaleza".
El mar, de hecho, es uno de los temas principales de la muestra, en grandes pinturas verticales en acrílico y de trazo amplio, que describen explosiones de colores cálidos en soles que se esconden con atardeceres en el mar, quizá los mismos con los que Houseago se deleitaba en su casa de Malibú.
Estos soles, a veces muy luminosos y otras oscuros, que casi parecen lunas (o lo son), contrastan con otras obras de temática muy diferente, con colores ocres y negros, con esqueletos y otras figuras siniestras, quizá símbolo del fatídico periodo psicológico que el artista atravesó durante meses.
"En esta exposición hay una profunda reflexión sobre el mundo interior", apunta el comisario, que explica que, en ese mundo interior, el artista también quería encontrar "la fuerza para reconstruir su mundo y renacer".
"WHITE ELEPHANT" Y UN ACUERDO ENTRE AMIGOS
"Pensé que este reto podría darle el impulso necesario para crear algo". De esta manera, Nick Cave, conocidísimo cantante australiano y gran amigo de Houseago, relata en su blog "The Red Hand Files", en el que contesta a través de cartas a preguntas de sus seguidores, el propósito del acuerdo al que llegaron él y su amigo Thomas.
Producto de ese “trato” nació "White Elephant", una de las canciones de "Carnage", su último álbum , dedicada a Houseago, quien a cambio le pintó un cuadro, que al final dio pie a una nueva etapa creativa, germen de la exposición.
"He descubierto que a veces puede ser útil apartarse del proceso creativo y hacer un trabajo al servicio de los demás", reconoce Cave en la carta.
LA PANDEMIA REFLEJADA EN EL ARTE
A pesar de que la causa del malestar de Houseago no fue la pandemia, Draguet afirma que el artista puede que descubriera que "su propia experiencia era justo la misma experiencia que todos en el mundo" estaban sintiendo por la llegada del virus.
"Tengo la sensación de que la pandemia es algo que da más fuerza, más poder a la experiencia de los visitantes -añade- y creo que es quizá más la forma de abordar la pandemia que la relación con la propia pandemia".
"VIOLENTAS AMPLIFICACIONES DE SU BELLA PERO ATRIBULADA ALMA"
Nick Cave, que también vivía un vacío creativo en el momento del acuerdo, describe en su carta la obra de su amigo como "violentas amplificaciones de su bella pero atribulada alma".
"Thomas dice que el cuadro que hizo para mí le abrió la puerta y le hizo volver a trabajar", relata, justo antes de asegurar que esta exposición es "la obra más verdadera y valiente" de Houseago.
"Son obras poderosas, desafiantes y subversivas, un testimonio de la lucha de un hombre con sus propias energías destructivas y el milagroso poder curativo del arte", explica Nick Cave, orgulloso de su amigo Thomas, con el que, dice, está en deuda "como suelen estarlo los amigos".
Ricardo Ruiz Varo