La poesía es una expresión artística que por miles de años ha reflejado la percepción del ser humano en su entorno, un relato creativo desde la perspectiva del autor ante su realidad y experiencias.
Hoy día, denominando los versos como “barras” y bajo un estricto régimen de rima, el trap y reggaetón boricua declaman su sentir popular utilizando un léxico propio, que generalmente solo los puertorriqueños pueden entender.
Si analizamos la música moderna desde un punto de vista antillano, las características de percusión en la rítmica que a su vez se replica vocalmente en su fragmentación silábica, son paralelas a los elementos básicos de la poesía negroide.
Para quienes no están familiarizados con el género, recomiendo escuchar a Juan Boria, quien fue uno de sus máximos intérpretes.
Por cierto, el nuevo tema de Bad Bunny, “El Apagón” encapsula fuertes rasgos de poesía negroide. También, René Pérez (de Calle 13) y Tego Calderón han catalogado a Boria como una de sus influencias, y en muchos de sus temas esta tendencia queda claramente evidenciada.
La poesía negroide como género literario es de naturaleza regionalista, pero más allá, el vocablo de su contenido (rico en africanismos y términos criollos) correspondía al hablado en comunidades empobrecidas y socialmente marginadas de la época.
De igual forma, el trap y el reggaetón se formaron en zonas desaventajadas y utiliza las palabras que algunas personas conservadoras consideran de germanía, pero en realidad simplemente se trata del idioma que se habla comúnmente en Puerto Rico.
Un aspecto curioso del reggaetón boricua es que, a pesar de haber alcanzado el mercado a nivel mundial, este no ha globalizado sus letras de forma acomodaticia para el público internacional, sino que se sostiene en el español de Puerto Rico y la temática local. Hecho que por un lado constituye un factor que parecería servir de fórmula para el éxito, pero a su vez lleva a que muchas personas no puedan comprender su contenido, abriendo el paso a confusiones.
Tomemos por ejemplo la palabra “pichea”. Es un verbo de conjugación regular y se refiere a ignorar algo/alguien, no dar importancia o echar a un lado.
Es un anglicismo adaptado del lanzador (“pitcher”) en el deporte de béisbol. El jugador lanza la pelota, la “pichea”, prácticamente se deshace de esta.
La expresión de que a una persona le “guste la gasolina”, o “quemar gasolina”, significa que disfruta pasear en un vehículo. La canción “Gasolina” de Daddy Yankee (2004) habla de una chica a quien le encanta andar en automóvil.
“Janguear” es también un verbo de conjugación regular (sustantivado como “jangueo”) que significa pasar el rato, tanto de forma pasiva como activa en parranda o fiesta. Mientras “chiliar” (verbo regular) también hace referencia a “pasar el rato” pero generalmente de forma pasiva o descansando.
Una tendencia que no es uniforme pero que se utiliza esporádicamente es la de acortar palabras a solo las primeras dos sílabas: Apa (apartamento), cora (corazón), tranki (tranquilo).
Caer significa llegar a un lugar: “Cáele al apa” (Llega a mi apartamento). “Roncar” y “frontear” se refieren a presumir. Un “corillo” es un grupo de personas y “panas” son amistades.
“Perrear” es bailar reggaetón, un “caco” es un maleante, “guillar” significa lucir y la palabra “moldío o moldía” define a una persona envidiosa.
Si usted es fanático del reggaetón, es posible que espere la discusión del significado de la palabra “bichiyal”. Sin embargo, es algo que no puedo hacer, y no porque signifique una grosería o vulgaridad, sino porque muchos reguetoneros boricuas quieren evitar la proliferación del término y mantenerlo local. Sugiero pregunten el significado a sus “panas boris”.