CLEVELAND, Ohio — Algunas de las dificultades por las que atraviesan muchas personas transgénero en su camino de transformación, se relacionan con la manera como la sociedad los percibe.
Muchas veces sufren de una condición llamada disforia, la cual ocasiona un trauma profundo cuando la sociedad no los ve de la forma en la que ellos se sienten.
Según la definición que brinda el Child Mind Institute, la disforia de género es “un malestar extremo causado por una discrepancia entre el género de una persona al nacer (llamado género asignado) y el género con el que se sienten identificados (género afirmado)”.
La gravedad del sufrimiento puede producir ansiedad y depresión, así como un alto riesgo de autolesiones y suicidio.
La voz es una de las características más notorias de nuestro género.
Una persona transgénero puede traumarse cuando su voz no refleja el género con el que se identifican.
Por suerte, en Cleveland existe la Clínica de Voz de Baldwin, (The BW Speech Clinic) en la Universidad de Baldwin Wallace.
Es la única en el noreste de Ohio que ofrece servicios gratuitos a cualquier persona que experimenta trastornos de comunicación.
El programa está específicamente orientado a clientes transgénero. La terapia de voz es un servicio que puede cambiarles la vida.
La Dra. Amy Vaughn, quien supervisa la clínica de voz le explicó a The Buckeye Flame los riesgos que corre esta comunidad y la facilidad de poder dar este servicio en línea debido a la pandemia
“En la comunidad trans, hay una mayor propensión a la violencia, el abuso emocional, los ingresos más bajos independientemente del nivel educativo, por lo que estamos hablando de una población marginada”, dijo Vaughn.
“Y algunas personas no tienen transporte, por lo que venir a la clínica todas las semanas podría ser un obstáculo para obtener servicios. En línea, podemos conectar con personas de todo Ohio”.
Las sesiones comienzan con calentamientos para estirar y relajar el cuello y los hombros, seguidos de una serie de ejercicios vocales en los que los especialistas tocan un tono en un rango vocal específico y el grupo lo tararea.
Uno a uno, los participantes vocalizan en el mismo rango y su tono se mide.
Entre sesiones, los miembros practican la voz en su vida diaria, leyendo carteles en la calle o placas de autos.
Antes de la pandemia, la clínica se reunía en una pequeña habitación del campus. Pero desde el comienzo del COVID-19, las restricciones de los CDC han obligado al grupo a trabajar virtualmente, ya que no tienen un espacio donde puedan practicar respetando el distanciamiento social.
“Esta clínica es uno de los secretos mejor guardados de Cleveland”, comenta Ginger, quien ha estado participando en los talleres de voz durante más de un año desde que se enteró gracias a TransFamily, una organización local de apoyo transgénero.
Planean agregar un segundo grupo muy pronto para poder ayudar a más participantes.
Vaughn está entusiasmada con la oportunidad de continuar ampliando los servicios de la clínica de voz a la comunidad transgénero a través de Ohio.
Para obtener más información, visite el siguiente enlace: https://www.bw.edu/centers/speech-clinic/.