Barcelona, 20 dic (EFE).- El rostro del boxeador español Sandor Martín (Barcelona, 1993) muestra serenidad y satisfacción una semana después del combate que disputó en Nueva York ante el estadounidense Teófimo López a pesar de caer derrotado con una polémica decisión de los jueces que no le impidió que bajara “feliz del ring del Madison Square Garden”.
Sandor tiró dos veces a la lona a Teófimo y el árbitro solo le contó una porque la segunda la consideró un resbalón, y uno de los jueces únicamente le dio dos asaltos ganados. Además, se llevó un cabezazo en la nariz que le condicionó el combate. Los ligeros moratones que aún subrayan sus ojos dan fe de ello.
El catalán recibe a EFE en el gimnasio KO Verdún del barrio de Nou Barris de Barcelona, su segunda casa. Allí entrena, gestiona el día a día del local y aporta sus conocimientos a las nuevas generaciones. En el barrio donde ha crecido todo el mundo lo conoce. Pero él se comporta como uno más.
Pregunta: ¿Cómo está su nariz?
Respuesta: El médico aún me tiene que hacer la valoración final. Noté que estaba más torcida de la cuenta y siempre que me la tocaba había una hemorragia nasal porque la herida estaba abierta. Pero ahí se quedó. Después fue un poco hacia los ojos, pero ya está. La evolución lógica de una herida en la nariz.
P: ¿Cómo le afectó durante el combate?
R: Rápidamente me di cuenta del golpe, pero no esperaba que estaría tan mal. Pensaba que tan solo tenía una hemorragia interna y cuando llegué al rincón vi que me comenzaron a trabajar la herida por fuera. Pregunté si era mucho y me dijeron que estaba controlado. Pero, cada vez que me tocaba, volvía la hemorragia nasal y me causaba un dolor increíble.
P: A causa de ello, ¿cambió la estrategia?
R: Sí, tuvimos que aplicar la estrategia de tocar y de que no me tocaran. En caso contrario, el árbitro o el médico se hubiesen visto obligados a parar el combate porque yo no estaba en condiciones de poder continuar a nivel físico.
P: De todas maneras, realizó un gran combate. ¿Cómo le sentó la decisión de los jueces de otorgar el triunfo a Teófimo López?
R: Bajé feliz del ring del Madison. Estaba satisfecho del combate que había hecho. Había ido a boxear con una superestrella, la traté de tú a tú y gané el combate. Cuando dieron el resultado el Madison entero lo silbó. Y todo el mundo me empezó a felicitar: los puertorriqueños, los mexicanos, los hondureños, los americanos. Me decían que había ganado el combate. Cuando eso te pasa en la Meca del boxeo creo que te tienes que ir con la cabeza alta. El precio que hemos tenido que pagar por tener este reconocimiento social no tiene nombre.
P: ¿Cómo gestionó emocionalmente la decisión de los jueces?
R: Estoy en un momento de mi carrera en el que soy muy consciente de todo lo que hay en el mundo del boxeo tanto interna como externamente. Que pasara lo que pasó era una posibilidad. Te lo debes tomar con filosofía. Todo el mundo vio lo que pasó y seguro que tendremos otra oportunidad. El trabajo duro ya estaba hecho. Tocaba disfrutar de lo conseguido. Todo lo que ha venido después del combate ha sido positivo.
P: Y, durante el combate, ¿cómo gestionó la emoción de boxear en el Madison (el último español que lo hizo fue Paulino Uzkudun el 13 de diciembre de 1935)?
R: Sé bloquear emociones y cuando estás boxeando en un lugar como el Madison te debes extraer de todo. Que las emociones te condicionen puede jugarte una mala pasada. Lo que debes hacer es tu trabajo de la mejor manera posible durante 30 minutos.
P: En el boxeo, un combate puede marcar una carrera. ¿Cómo se convive con eso?
R: En un combate te puedes estar jugando dos años de trabajo. No es como el fútbol, que a la semana siguiente tienes otro partido. Tienes que ser muy fuerte de cabeza, tener muy claros cuáles son tus objetivos y prepararte siendo consciente de esta situación.
P: ¿El objetivo sigue siendo ser campeón mundial de peso superligero?
R: Sí, el objetivo sigue siendo el mismo. De momento, quiero disfrutar de las fiestas de Navidad y después seguramente buscaremos un combate para volver a poner el récord en positivo, lo que permite acceder más fácilmente a los grandes combates. Creo que vendrá otro gran combate. Pienso que 2023 puede ser un año muy positivo.
P: Después de lo que ha pasado, ¿tiene ganas de volver a boxear en Estados Unidos?
R: Sí, las grandes oportunidades están allí, igual que los grandes boxeadores. A mí lo que me fastidia es que en España no podamos traer estos grandes eventos deportivos. Este mismo combate en España lo habríamos ganado seguro. Si podemos hacer combates de estas características en España tendremos un campeón mundial aquí.
P: ¿Por qué no se puede?
R: Falta apoyo institucional y los grandes empresarios tienen miedo de invertir en el boxeo. Es un deporte al que se le puede sacar mucho provecho y beneficio. Si alguien se atreve a hacer una cosa de estas características saldrá ganando. Llevamos encima el lastre del reconocimiento social que no hemos tenido durante muchos años. Por suerte, ya se está levantando la veda y se ve de otra manera.
¿Por qué no apoyamos el talento que tenemos? Se debe invertir en educación, en investigación y en sanidad. Y, a nivel deportivo, también se debe invertir en una serie de cosas y darles apoyo socialmente. Hay que reconocer el talento que hay en el país y no podemos dejar que médicos, psicólogos, maestros o deportistas se tengan que ir de aquí para encontrar oportunidades.
P: Usted no cumple con las características de los boxeadores que salen en las películas.
R: El relato del boxeador que sale de la marginalidad y que boxea para cambiar su vida y dar un mejor futuro a su familia es una cosa que las películas han vendido mucho, pero no es lo común. El boxeo requiere mucho sacrificio y cualquier persona que se sacrifique en la vida puede tener un ejemplo en este deporte. Yo soy así porque es la educación que me han dado en mi casa y en la escuela. Para ser un gran deportista debes trabajar mucho, ponerle cariño a las cosas y ser buena persona. Desmitificar la historia negra que había en el mundo del boxeo nos ha ayudado mucho. Cada vez los boxeadores son personas que están más formadas porque es un deporte que se ha abierto a la sociedad.