Cuando se habla de comer sano, la quinoa –o quínua como también se le conoce– es uno de esos superalimentos que aparecen como “anillo al dedo” para aprovechar sus propiedades nutritivas mientras nos volvemos creativos preparando deliciosas recetas.
Es una semilla diminuta y redonda, aproximadamente del tamaño y textura de la chía, que crece de una planta llamada “Chenopodium quinoa”, históricamente cultivada por las culturas prehispánicas en la región andina de Perú y Bolivia.
Aunque se trata de una semilla, se clasifica en la lista de granos integrales.
En las dietas vegetarianas o veganas es favorita por su alto contenido de proteínas libre de gluten, su gran aporte de antioxidantes y aminoácidos.
Se puede disfrutar como sustituto del arroz, como acompañante de carnes, en ensaladas y hasta para meriendas o aperitivos.
Las semillas de quinoa son bien pequeñas, pero al cocinarlas de la misma manera que el arroz, el agua penetra y crece.
Usted puede agregarle sal, ajo en polvo, orégano, cilantro, caldo de pollo o vegetales, sazonadores al gusto o cualquier tipo de especias.
Se dice que hay más de 100 variedades de quinoa, pero las que siempre encontrará en el supermercado son de color blanco, negro, rojizo o una mezcla de todos.
Considerando su gran valor nutritivo, y que tiene el potencial de reducir la dependencia de otros granos básicos como el trigo y el arroz, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) identifica a la quinoa como “un recurso alimentario natural cuya importancia es cada vez más reconocida en la seguridad alimentaria, para las generaciones presentes y futuras”.
“Los pueblos indígenas andinos han mantenido, controlado, protegido y preservado este cultivo alimentario utilizando sus conocimientos y prácticas tradicionales”, destaca la FAO en su portal electrónico.
La organización también advierte que, ante el reto de incrementar la producción de alimentos de calidad, para asegurar la buena alimentación de la población mundial en el contexto del cambio climático, “la quinua es una alternativa para aquellos países que sufren de inseguridad alimentaria”.
“Puede encontrarse de forma nativa en todos los países de la región andina, desde Colombia hasta Argentina y el sur de Chile, con casi toda la producción en manos de pequeños agricultores y asociaciones”, cita la FAO.
“Su cosecha se está extendiendo y ahora se produce en más de 70 países, entre ellos Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda e Italia. También se está desarrollando con éxito en Kenia, India y Estados Unidos”, subraya la organización.
La próxima vez que vaya a preparar arroz, intente cocinar quinoa con los sabores que más le gusten.
Acompañe con pollo o pescado, una rica ensalada verde, plátano asado y unas rebanadas de aguacate.
Créame que cuando sirva su plato, la nueva experiencia de sabor le invitará a repetirlo.
