Crecí como videojugador. Desde Pong hasta Playstation 3 (PS3) y todo lo demás, no me atrevo a calcular las horas que he dedicado a vencer a un jefe, limpiar un nivel y resolver una adivinanza. A medida que crecía, pasaba menos horas jugando, pero aún así disfrutaba el tiempo reservado para los juegos. Sin embargo, dejé de comprar nuevos sistemas.
Los gráficos mejorarían para aquellos después de PS3, pero la experiencia en sí –para mí– fue sólo marginalmente mejor. El juego había alcanzado un estancamiento.
Fue entonces cuando la realidad virtual (VR) entró en escena.
Estaba en un centro comercial local y vi una configuración de demostración de realidad virtual en la tienda de Microsoft.
Me puse en línea y cuando llegó mi turno, ¡fui transportado de vuelta a las sensaciones del primer momento con un videojuego casero! ¡Qué emoción y asombro!
El “phaser” que disparaba estaba en mi mano. Podía mirarlo, levantarlo hasta mi cara ...examinar el gatillo. ¡Fascinante!
En ese momento, olvidé que extraterrestres se acercaban y debía disparar. En esos cinco minutos mi mente quedó impresionada. Sabía que había encontrado el siguiente nivel.
Sin embargo, el precio de $3,000 para que funcione correctamente no estaba al alcance.
Llegué a casa y comencé a buscar opciones más baratas.
Las versiones económicas de los auriculares a los que se conecta el teléfono eran sustitutos deficientes.
Descarté la idea de volver a tener esa misma experiencia de Microsoft Store. Prometí que no compraría otro juego o sistema hasta que pudiera rivalizar con ese.
Luego, llegó la generación de juegos de realidad virtual que incluyó Oculus Quest.
Por $399 (10 veces más barato) podría probar un sistema con toda la tecnología en los auriculares, con controladores y sin necesidad de equipo adicional. Yo salté y lo probé.
¡La experiencia es increíble!
Usando el sistema operativo y la memoria de un teléfono móvil de casi dos años, Oculus Quest tiene una plataforma de juego que es inmersiva, interactiva y se siente más real que cualquier cosa que haya jugado.
Juegos individuales tienen gráficos muy simples hasta bien realistas, pero el secreto de los mejores son aquellos que dan la sensación de estar dentro.
Si eres fanático de Star Wars, puedes enfrentarte cara a cara con Darth Vader y manejar sables de luz. Usarás “la fuerza” con tus propias manos. Los juegos de magos te permitirán lanzar hechizos con movimientos de manos y cuerpo. ¡Puedes boxear y moverte alrededor del ring, inclinar y zigzaguear!
El auricular dura entre dos y tres horas y se carga en aproximadamente dos horas.
Muchos son ejercicios físicos solo para jugar, pero también tienen un modo en el que puedes sentarte y usar los controles de manos para moverte.
Incluso te permite dibujar barreras virtuales para evitar darle un puñetazo de kung fu a tu nuevo televisor 4K (no tengo uno).
También puedes ver películas con el Oculus. Como es una realidad virtual, proporciona el efecto de estar viendo una pantalla panorámica en un cine grande.
Las opciones que tienden a ofrecer un tercio de horas de actividad — en comparación con un juego de PS3 — oscilan entre $9.99 y $39.99.
El sistema también viene con juegos gratuitos, contenido de video VR y varias demostraciones gratis.
Si tienes el dinero y puedes encontrarlos (se agotan casi tan pronto como se ofrecen), vale la pena considerar la compra.
Otros sistemas de realidad virtual que no he probado varían entre $299 y hasta más de $3000. Todos tienen ventajas y desventajas.
