Nueva York, 10 ene (EFE).- La pluma que está detrás de la autobiografía "Spare" ("En la sombra") del príncipe Enrique es la de un escritor con mucho oficio detrás, que ya se ha encargado en el pasado de redactar otras biografías por encargo, entre ellas la del tenista André Agassi.
Pero John Joseph Moehringer (o J.R. Moehringer por su nombre literario) no se ha especializado únicamente en autobiografías ajenas, sino que publicó un libro basado en su infancia con cierto éxito, "The Tender Bar", llevado luego al cine por George Clooney, y tiene además una exitosa carrera de periodista que comenzó en el New York Times pero se desarrolló principalmente en Los Angeles Times.
En el año 2000, ganó el Pulitzer en la categoría de Escritura de reportajes por un artículo en Los Angeles Times ("Crossing Over") que relata la vida de una mujer descendiente de una familia de esclavos.
EL HIJO DEL DJ
Nacido en 1964 en Nueva York, creció en el norte del estado del mismo nombre, en Manhasset. JR Moehringer era el hijo único de una madre soltera que lo educó con mano de hierro. En una entrevista con National Public Radio (NPR), contaba que su madre le prohibía escuchar la radio cuando aparecía el programa de un popular disc-jockey.
Aquel disc-jockey era su padre, Johnny Michaels, una pequeña leyenda local en la emisora que descubrió a los jóvenes de aquella generación The Beatles, Stevie Wonder o Van Morrison, y como su madre lo detestaba, del que se había separado siendo él un bebé, hizo lo que pudo para que JR tuviera algún tipo de influencia masculina en su vida.
Comenzó entonces el adolescente, por consejo materno, a frecuentar el bar donde su tío y sus amigos se reunían con frecuencia, y que resultaron ser su escuela de vida: en aquel bar -que retrata la novela "The Tender Bar"-, JR descubrió el mundo de la camaradería masculina, el omnipresente sexo, la fidelidad o la traición, según contó en aquella entrevista.
Muchos años después, cuando logró una beca para estudiar escritura en la Universidad de Yale, el joven JR comprendió el foso que lo separaba, social e intelectualmente, de los demás alumnos y sobre todo alumnas. No solo porque sus ideas sobre el hombre y la mujer no tenían cabida en aquella universidad elitista, sino porque "apenas podía pagar los libros": en una ocasión, su madre canceló su suscripción a la revista People para poderle mandar dinero.
Finalmente, el escritor en ciernes pudo conocer a su padre y, pese al temor con que llegó a su cita, el hombre no lo decepcionó: era un pozo sin fin de historias, que contaba con un don especial porque sabía modular muy bien la voz tras una vida pasada en la radio.
La primera conexión con el padre ausente durante toda su infancia resultó más fácil de lo que parecía, pero el hombre tenía problemas crónicos de alcoholismo y con tendencias autodestructivas que hizo su relación cada vez más difícil.
Un día, cuando el escritor ya era adulto, recibió en su oficina del periódico una caja enorme donde aparecieron veinte regalos, veinte pequeños juguetes de a dólar con etiquetas que decían "8 cumpleaños", "Navidad de los 14", es decir, la colección de regalos que el padre no le había podido dar. El hijo lo contó no como un recuerdo entrañable, sino como la demostración de lo que el hombre nunca pudo llegar a darle.
CONTADOR DE VIDAS AJENAS
No le faltan mimbres a JR Moehringer para convertirse en contador de historias, una vez que desnudó la suya propia en "The Tender Bar" -con película incluida-. El tenista André Agassi, tal vez seducido por su talento narrativo, le encargó en 2009 su autobiografía "Open. An Autobiography" y comenzó así una fructífera carrera de lo que en inglés se llama "escritor fantasma" (por cuenta ajena).
En 2016, el multimillonario Phil Knight, artífice del éxito de la marca Nike, le encargó también su autobiografía, y unos años antes Moehringer, al que sobraban ganas y talento narrativo, también hizo la biografía (en este caso no por encargo) del ladrón de bancos Wille Sutton, aparecida en 2012.
Con todo, es improbable que ninguna de sus obras anteriores consiga lograr el impacto que en solo unos días ha obtenido el relato de la vida del príncipe Enrique, convertido en portada de noticieros y periódicos casi de forma diaria desde que comenzó el año.