Berlín, 4 feb (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró hoy, en un diálogo virtual con una veintena de padres y madres, que el regreso a la escuela presencial es cuestión "prioritaria" y garantizó que será la primera medida que se adopte en cuanto puedan suavizarse las restricciones actuales.
Suspender la actividad escolar regular fue una decisión "muy dolorosa", afirmó Merkel, confrontada a las quejas y preocupaciones planteadas por quienes se han visto forzados a actuar de "maestros", a menudo sin disponer de la preparación o medios adecuados.
"Los niños necesitan la autoridad del maestro y el amor de los padres", admitió la canciller; lo uno no puede suplir a lo otro, dijo, pero la situación de la pandemia no dejó otra opción. "No se trata de someterlos a nuevos desafíos, sino de afrontar la situación creada por la pandemia", añadió.
El diálogo virtual, un capítulo más en el intercambio de opiniones de Merkel con pequeños empresarios, docentes o personal sanitario, confrontó a la líder alemana con los déficit del sistema educativo que afloraron con la suspensión de la escuela presencial -desde problemas en la digitalización a la grieta social educativa-.
Los participantes -seleccionados por cinco agrupaciones, incluidas de familias monoparentales y de ayuda a los refugiados- plantearon situaciones tales como la imposibilidad de suplir al maestro en familias cuyos progenitores son analfabetos o las de parejas separadas geográficamente por razones laborales, una cuestión llevadera antes de la pandemia y, de pronto, inviable.
Junto a una refugiada libanesa, que relató al borde del llanto sus dificultades para salir adelante con sus cuatro hijos, se presentó una joven alemana cuya pareja trabaja en Suecia y que se vio forzada a compatibilizar la atención a sus hijos con su trabajo.
Merkel atendió y trató de dar respuestas a las diversas situaciones y estados de ánimos -incluidos enfados, especialmente de quienes le reprochaban que los 150 euros de prima extra por hijo aprobadas para este año no dan ni para mascarillas-.
Mostró más empatía de lo habitual -en contraste con su entrevista esta semana en la primera cadena de la televisión, ARD, donde pareció incluso apática frente a las preguntas de los periodistas-. Y recibió, a cambio, cierta empatía de sus interlocutores, como la de una madre que reconoció que "no me gustaría estar en su piel", en alusión a las difíciles decisiones que debe adoptar.
MÁS AYUDAS A FAMILIAS Y EMPRESAS
El diálogo de Merkel con estos desbordados padres alemanes seguía a las decisiones adoptadas el jueves por su coalición de gobierno, que incluyen más ayudas a la familia, a las empresas y a los sectores más castigados por la pandemia.
Era la primera reunión del año entre las cúpulas de los tres partidos implicados -la Unión Cristianodemócrata (CDU), su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD)-. Ahí surgió, entre otras, la nueva prima de ayuda familiar por 150 euros, que sigue a las de 300 euros del año pasado.
La impaciencia y frustración están empezando a ser muy patentes entre los ciudadanos ante el prolongado parón de la vida pública.
Desde noviembre están cerradas la restauración, el ocio y la vida cultural. A ese cierre se sumó en diciembre el de los comercios no esenciales y la actividad escolar presencial.
El miércoles de la próxima semana está prevista una nueva reunión de Merkel y los líderes regionales para decidir los pasos a seguir.
DESCENSO DE CONTAGIOS Y TEMOR A MUTACIONES
En Alemania se observa desde hace ya casi dos semanas un descenso continuado de los contagios con la covid-19. Merkel ha alertado reiteradamente de los peligros derivados de las nuevas mutaciones.
Las autoridades sanitarias comunicaron este jueves 14.211 nuevos contagios en las últimas 24 horas y 786 víctimas mortales. El pico de contagios en un día se registró el 18 de diciembre con 33.777 nuevas infecciones, y el de muertos, el 14 de enero, con 1.244.
En el conjunto de Alemania la incidencia acumulada en siete días se sitúa en 80,7 nuevos casos por 100.000 habitantes. El nivel máximo se alcanzó el 22 de diciembre con 197,6 nuevas infecciones.
El objetivo del Gobierno es situar la incidencia por debajo de 50, para poder volver a rastrear las cadenas de contagio.