Teherán, 10 feb (EFE).- Irán conmemoró este miércoles su aniversario del triunfo de la Revolución Islámica más atípico con multitudinarias marchas motorizadas debido a la covid-19 y con una muestra de misiles y de su poder defensivo en advertencia a Estados Unidos.
Los protagonistas en esta jornada fueron por primera vez los coches y las motocicletas, que sustituyeron a las personas a pie. Decenas de miles circularon por las principales ciudades del país para festejar los 42 años de la victoria de la revolución de 1979 liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní.
Las fotografías de Jomeiní y del actual líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, así como las banderas iraníes y las pancartas con el lema de "Muerte a EE.UU.", fueron omnipresentes en los vehículos y en las avenidas y plazas.
Las tradicionales marchas tuvieron que adaptarse este año a las restricciones impuestas para evitar una nueva ola de la covid-19, que ha causado hasta ahora más de 58.000 muertos y 1,4 millones de contagios en Irán, el país de Oriente Medio más afectado por la pandemia.
En un discurso por videoconferencia, el presidente iraní, Hasan Rohaní, reconoció que "las personas que aman la revolución y al imán (Jomeiní) no pudieron salir a las calles como querían" pero destacó que "esa presencia apasionada se ha llevado a cabo de otra forma en todo el país".
MÁS ALUSIONES A TRUMP QUE A BIDEN
El cambio en las manifestaciones no influyó en los lemas de los carteles o en las soflamas coreadas por los asistentes, siendo el más común el mítico "Muerte a EE.UU., muerte al Reino Unido y muerte a Israel".
El epicentro fue como todos los años en la capital iraní la emblemática plaza Azadí (Libertad), destino de las doce rutas habilitadas para las marchas desde distintos puntos como las plazas Enghelab, imán Hosein y Sadegui.
Allí, según pudo constatar Efe, fueron quemadas como es habitual las banderas de EE.UU. e Israel, pero en esta ocasión no destacó la presencia de caricaturas o muñecos representando al nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, como sí era frecuente en la época de Donald Trump.
Trump impuso un régimen de duras sanciones a Irán tras retirar de modo unilateral a EE.UU. del acuerdo nuclear de 2015. Una guerra económica en la que, según Rohaní, su país también vencerá durante el mandato de Biden, que parece optar por la diplomacia.
"La era de las sanciones máximas ha terminado. Todos se han dado cuenta de que la presión máxima ha fracasado, pero todavía se necesita paciencia y resistencia para lograr la victoria final", dijo el presidente.
Rohaní se refirió en numerosas ocasiones durante su alocución a Trump, al que calificó de "tirano", centrándose más en el pasado que en el presente y futuro que representa Biden.
PODERÍO MILITAR
En la plaza Azadí, el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución exhibió tres misiles balísticos: Zolfaghar Basir, Dezful y Qiam, cuyo desarrollo es siempre condenado por EE.UU.
Zolfaghar Basir, con un alcance de 700 kilómetros y una ojiva óptica, y Dezful, un misil tierra-tierra con 1.000 kilómetros de alcance, se alzaban imponentes en señal de advetencia.
El tercer misil, el modelo Qiam, con un alcance de 800 kilómetros, fue el utilizado para atacar en enero de 2020 la base militar iraquí Ain al Asad, donde había presencia de tropas estadounidenses.
Este ataque fue en represalia por el asesinato el 3 de enero de ese año del poderoso general de los Guardianes de la Revolución Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo en Bagdad lanzado por EE.UU., que estuvo a punto de desencadenar un conflicto de mayor envergadura.
También expusieron el sistema de misiles de defensa aérea iraní Jordad-3, que fue empleado para derribar en junio de 2019 un avión no tripulado estadounidense en el golfo Pérsico que estaba supuestamente efectuando una misión de espionaje.
En un comunicado, los Guardianes hicieron hincapié en que están desarrollando "continuamente sus capacidades militares y disuasorias" y se encuentran a día de hoy en "la cúspide de su preparación para el combate" y para reaccionar ante cualquier agresión.
AMENAZAS Y RECUERDO A LOS "MÁRTIRES"
El jefe de la Inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Hosein Taeb, afirmó además hoy que el objetivo es la expulsión de las tropas estadounidenses de la región y que tanto EE.UU. como Israel temen "la severa venganza" de Irán y sus aliados: "Mueran de miedo, en esta región no tendrán felicidad", apostilló.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Mohamad Hosein Baqerí, advirtió ayer de que sus hombres están dispuestos a dar una respuesta "recíproca y decisiva" y a defender "la independencia, la seguridad y la integridad territorial de Irán".
Aludiendo a la resistencia del régimen teocrático a cuatro décadas de presiones, una de las pancartas en la plaza Azadí rezaba "la Revolución Islámica poderosa y estable como una montaña", junto a las imágenes de Jomeiní, Jameneí y Soleimaní.
Los retratos del general y de los otros fallecidos en el citado bombardeo estadounidense, así como del importante científico nuclear Mohsen Fajrizadeh, asesinado en una emboscada en noviembre pasado de la que Teherán ha acusado a Tel Aviv, estaban también muy presentes.
El comunicado final de los organizadores de las marchas homenajeó a estos "mártires" y dijo a Washington que ha tenido "numerosos errores de cálculo" y volverá a "saborear la amargura del fracaso".