WASHINGTON, D.C. (EFE) — Líderes del Partido Republicano, entre ellos los poderosos senadores Mitch McConnell y Marco Rubio, se han mantenido al margen de las acusaciones de irregularidades del presidente Donald Trump, quien se ha declarado ganador de la elección presidencial, y defendieron en cambio el conteo de los votos.
McConnell, quien es el líder de la mayoría republicana en el Senado y uno de los aliados de Trump, salió al paso de las afirmaciones del gobernante y admitió que aunque este año hay un mayor número de estados con votaciones anticipadas y por correo (101 millones en total), los candidatos deben adaptarse “a las reglas de cada estado”.
“Afirmar que ganó las elecciones es diferente a terminar el conteo”, declaró a los periodistas McConnell, quien dijo que “la decisión de los estados sobre cómo llevar a cabo la elección no es asunto del gobierno federal”.
Después de que denunciara sin pruebas un “fraude”, Trump se proclamó ganador en Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Michigan, cuatro estados clave.
“Tomarse días para contar los votos emitidos legalmente NO es fraude”, escribió por su parte Rubio en su cuenta de Twitter.
Horas antes, Rubio había asegurado en otro mensaje:
“El resultado de la carrera presidencial se conocerá después de que se hayan contado todos los votos legalmente emitidos”.
En la misma línea se pronunció el exgobernador republicano Chris Christie, quien aseguró a la cadena ABC News que se debe dejar que el proceso se desarrolle antes de juzgarlo como defectuoso.
“Es una mala decisión estratégica, es una mala decisión política y no es el tipo de decisión que se esperaría que tomara esta noche (en alusión al anuncio de Trump en la madrugada del miércoles) alguien que ocupa el cargo que ocupa”, agregó Christie, quien además es asesor del gobernante y pasó varios días ingresado en cuidados intensivos por el COVID-19.
Biden está más cerca de la victoria al sumar ya 264 delegados en el Colegio Electoral, a un paso de lograr los 270 compromisarios que le darían las llaves de la Casa Blanca, frente a los 214 que acumula Trump.