Londres, 17 sep (EFE).- La Semana de la Moda de Londres (LFW, en inglés) abrió este viernes los desfiles con una vuelta parcial a las pasarelas, en la que se reafirma como capital para propuestas mixtas (hombre, mujer y sin género) y donde destaca el nombre de Vivienne Westwood frente a la ausencia de las grandes marcas.
Londres inaugura la primera edición con eventos presenciales de la Semana de la Moda tras un año y medio de sucesivos confinamientos. Desde este viernes hasta el próximo martes 21 de septiembre, la edición mixta reúne a más de un centenar de marcas que presentarán de forma híbrida (virtual y presencial) sus colecciones para la primavera-verano 2022.
A pesar de la festiva inauguración en un exclusivo club del Soho londinense, el calendario aún acusa la falta de los buques insignia de la moda británica. Entre ellos, Burberry y Victoria Beckham, dos de las marcas que atraían más público internacional, que se ha encontrado todavía con las estrictas normas de control sanitario por parte del Gobierno británico para acudir a la cita.
Aún no se ha confirmado si las salidas de las firmas de primera línea serán definitivas. Por el momento, el espacio que dejan estos nombres mediáticos supone una oportunidad para creadores como Richard Quinn, Emilia Wickstead, Roksanda, Simone Rochas, Erdem, Nensi Dojaka (recientemente galardonada con el LVMH Prize), la chilena Lupe Gajardo y la española Carlota Barrera.
Para reactivar todo el sector, el Consejo Británico de la Moda (BFC) ha puesto en marcha de forma paralela un "plan de celebración en toda la ciudad".
Este programa de eventos y actividades abiertas al público se ha diseñado en colaboración con los minoristas principales, las instituciones culturales, las empresas y el alcalde de Londres, que lanza la campaña "Hagamos Londres" ("Let's Do London") con el objetivo de recuperar los visitantes en el centro de la ciudad.
La industria continúa atravesando dificultades derivadas de la COVID-19 y de la política comercial consecuencia del Brexit. No obstante, las predicciones de la consultora Oxford Economics para el sector creativo de Reino Unido son optimistas.
Para 2025 calculan un crecimiento mayor al 26%, con un creación potencial de 300.000 nuevos puestos de trabajo y una tasa de recuperación superior a la de la economía británica en su conjunto.
De momento, el BFC da continuidad a la estrategia digital iniciada este último año a través de su plataforma de acceso libre, como lugar de intercambio cultural y comercial en asociación con Tik Tok y Clearpay, un método de pago que permite "comprar ahora y pagar más tarde".
En esta primera jornada, presentó sus propuestas la diseñadora más longeva del panorama actual, Vivienne Westwood, reincorporada al calendario oficial después de dos ediciones fuera.
Con una presentación digital de menos de un minuto de duración mostró una reducida colección. En el castin, diverso y mixto, destacó la modelo Lara Stone con un estilismo que recuerda a la Madonna de los años 80 con la permanente y cargada de perlas.
Al ritmo de música electrónica las escenas se suceden en el interior de una casa deshabitada y hacen pensar en un naufragio.
La propuesta de la reina del punk, codirigida con su actual marido, el austriaco Andreas Kronthaler, revisita los archivos de la firma. Esta minirretrospectiva recupera corsés, trajes de raya diplomática, vestidos drapeados, prendas de tartán y tweed, camisetas con mensajes, el sombrero de la montaña de los años 70, las plataformas de madera con lazadas de la década de los 80 y accesorios que gritan SEX.
La colección llamada “Salvar nuestra almas” se inspira en icónicas piezas del siglo pasado, sobre todo en las de la primavera-verano 1998 titulada “Atado al mástil”.
Con esta reflexión, rescata el pasaje de La Odisea de Homero en el que Ulises solicita voluntariamente ser atado al mástil para escuchar las sirenas sin poner en riesgo a la embarcación bajo el hechizo del canto.
Westwood, activista comprometida con el medioambiente, enlaza “Salvar nuestras almas” con el Pacto de Ulises, o la creación de un dispositivo que evite que la emocionalidad del ser humano turbe a la razón y le conduzca al siniestro.
Por Elisa Dezvas