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Salud

La inequidad desde una perspectiva médica

por Hugo Marín (hugo.marin@lamegamedia.com)


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Un problema social en los Estados Unidos es la desigualdad en el acceso a los servicios de salud. Por años, las administraciones gubernamentales han buscado formas de impartir un cuidado médico de calidad a la gente de bajos recursos, sin embargo, todavía existe una brecha que impacta de forma negativa y desequilibrada a las minorías. 

Generalmente, el tema es eje de conversación entre académicos y grupos de activismo social. 

En el verano de 2020, un doctor e investigador de Pittsburgh, hizo públicas sus preocupaciones al respecto, en medio de la pandemia. 

Durante los últimos 12 años, el Dr. Utibe Essien, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh ha estado investigando las disparidades raciales en las pruebas y tratamiento de enfermedades.

Gran parte de su investigación se ha centrado en mejorar el acceso a las terapias cardiovasculares, y en colaboración con la Facultad de Medicina de Yale, examinó las desigualdades raciales en las muertes y los informes relacionados con el COVID-19. 

Los resultados fueron publicados en el informe “Racial and Ethnic Disparities in Population Level Covid-19 Mortality”. 

Su equipo reportó que solo 28 estados estaban rastreando la raza y el origen étnico en sus informes. 

“En algunos estados faltaban hasta el 40% de la raza y el origen étnico; algunos tenían 20 o 30%. También encontramos que, ajustando por edad, los estadounidenses negros morían por COVID-19 a una tasa tres veces y media mayor que la de sus pares blancos y los latinoamericanos morían a una tasa dos veces mayor que la de los grupos blancos”, escribió el Dr. Essien en su investigación.

“Si bien ha habido personas que han estudiado este virus a nivel celular y han desarrollado vacunas, no parecía haber suficiente conversación sobre estos factores estructurales o sociales que estaban provocando que hispanos y negros estuvieran muriendo a tres veces y media la tasa de nuestras contrapartes blancas ”, explicó Essien. 

Los investigadores dijeron que es importante tener en cuenta la raza al informar los casos de COVID-19, junto con cualquier otra enfermedad, porque estos padecimientos afectan a las personas de manera diferente. 

Factores como la disparidad económica y el acceso a las pruebas también entran en juego para los informes.

“De los 27 millones de estadounidenses que no tienen seguro hoy, una gran proporción son hispanos o negros”, afirmó el investigador.

De acuerdo a sus reflexiones, Essien espera que se establezcan sistemas para resolver este problema. 

Piensa que a corto plazo, los investigadores necesitan acceso continuo a los datos, ya que aún falta información relacionada con la raza y el COVID-19. 

Esto incluye más rastreo de contactos, y para eso es necesario comprometer al médico con los recursos comunitarios.

“Nuestro historial en las últimas décadas nos ha demostrado que hay mucha desconfianza en el sistema de atención médica por parte de las comunidades de color, y desafortunadamente, con razón”, concluye.

Durante su campaña presidencial en 2012, Barack Obama propuso un sistema de salud universal cuyo objetivo era asegurar un cuidado médico equitativo para las personas en Estados Unidos. 

Lamentablemente, la medida encontró grandes obstáculos antes de convertirse en ley, y terminar en lo que hoy se conoce como Obama Care. 



 
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