CRISTINA CABREJAS
EFE
ROMA — Con cerca de 20,000 contagios de coronavirus diarios y más de 1,000 personas en las unidades de cuidados intensivos que empiezan a estar repletas, el presidente del gobierno de Italia, Giuseppe Conte, decidió tomar medidas más restrictivas, como el cierre de bares y restaurantes a las 6 de la tarde y de algunas actividades, como teatros y cines.
El objetivo, explicó Conte en una rueda de prensa, es “mantener bajo control la curva epidemiológica” y “evitar un segundo bloqueo generalizado”, que tendría graves efectos en la economía nacional.
“No hemos introducido un toque de queda”, aclaró Conte, quien instó a las personas a reducir los viajes tanto como sea posible y a no ir a casas de otras personas.
El mandatario se mostró positivo sobre las nuevas restricciones para que [la situación] se pueda afrontar mejor en los próximos meses, también de cara a las vacaciones navideñas.
Conte firmó un nuevo decreto urgente que estará vigente hasta el 24 de noviembre e impone el cierre de piscinas, gimnasios, teatros y cines, además de que bares y restaurantes no podrán atender después de las 6 p.m.
Este “medio confinamiento”, como lo han definido algunos medios italianos, llega cuando hay 12,415 ingresados en todo el país y se eleva la cifra de pacientes en la UCI.
En el nuevo decreto se recuerda el uso obligatorio de mascarillas en todo momento y se recomienda evitar recibir en casa a personas que no sean convivientes.
Aunque se ha evitado el toque de queda nacional, que ya existe en regiones como Lacio –cuya capital es Roma–, Campania, Sicilia, Calabria y Lombardia, se da la potestad a las regiones de cerrar aquellas áreas donde pueda haber aglomeraciones a partir de las 9 de la noche.
Cierran también teatros, cines y salas de concierto al aire libre y se prohibirá todo tipo de organización de eventos y congresos en presencia.
No se permitirá la apertura de las estaciones de esquí, sobre todo después de las imágenes con largas filas y personas hacinadas.