El Alzheimer es una enfermedad que afecta a muchos y cuya incidencia y prevalencia va en aumento. Cada vez son más los casos diagnosticados con esta devastadora condición que desafortunadamente afecta en mayor proporción a las comunidades hispanas/latinas.
La buena noticia es que hay avances en las investigaciones referentes a la prevención y el tratamiento.
Existen hábitos que podemos adoptar para prevenir esta devastadora enfermedad progresiva que comienza con pérdidas leves de la memoria, además de dificultades para iniciar y mantener conversaciones.
Afecta las partes del cerebro que controlan funciones del pensamiento, lenguaje y memoria. En estados avanzados y severos, puede alterar la capacidad de una persona de completar actividades diarias y rutinarias de supervivencia.
Se calcula que hay cerca de 6.7 millones de personas en los EE. UU. diagnosticadas con Alzheimer y que para el 2060 este número puede llegar a los 13.8 millones de casos en adultos mayores de 65 años.
En el mundo se diagnostican 10 millones de casos nuevos anualmente. Es la causa más frecuente de demencia en personas con enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial (presión alta). No es coincidencia, entonces, que muchas de las medidas preventivas contra el Alzheimer sean las mismas para evitar las enfermedades cardiovasculares.
Igualmente, el control y tratamiento óptimo de la hipertensión arterial es una de las formas de disminuir el riesgo de desarrollar Alzheimer.
Dentro de los factores de riesgo se encuentran algunos genéticos como el tener el gen APOE-4, la diabetes, la hipertensión, historia de concusiones cerebrales y traumas, lesiones cerebrales, historia familiar de demencia o de síndrome de Down.
Los factores de riesgos y los factores protectores del Alzheimer se pueden clasificar según diferentes edades/etapas de la vida.
Temprano, antes de los 35 años, es muy importante el nivel de educación de la persona. Aquellos con educación superior y quienes hablan más de un idioma pueden, en cierta forma, tener factores protectores contra el Alzheimer y/o de protección en cuanto a la severidad de la presentación de los síntomas si la enfermedad llegase a ser diagnosticada.
En la edad media, es decir entre los 35 y 65 años, los factores de riesgo incluyen la hipertensión arterial, la pérdida de audición, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, así como las lesiones y contusiones cerebrales.
Es importante prevenir estas condiciones, pero igualmente si se tiene alguna, es fundamental su manejo óptimo para evitar el Alzheimer.
Por ejemplo, si se padece de presión arterial alta, es ideal mantenerla bien manejada tomando los medicamentos formulados por el médico y limitar el consumo de sal en la dieta.
Para los mayores de 65 años, los factores de riesgo incluyen el fumar, la depresión, el aislamiento social, el sedentarismo o poca actividad física, la diabetes y contaminantes ambientales.
Igual que con la hipertensión ocurre con la diabetes. Si se tiene diabetes es importante mantener la enfermedad bien controlada tomando los medicamentos formulados por el médico y siguiendo la dieta recomendada.
En general, dentro de los factores protectores para prevenir el Alzheimer se encuentran:
-
Minimizar el consumo de alcohol.
-
Seguir una dieta mediterránea consistente en el consumo de aceite de oliva, vegetales, pescados, salmón.
-
Tener una actividad física frecuente, idealmente 10 000 pasos diarios, y/o practicar un deporte más de dos o tres veces a la semana.
-
Mantener una actividad cognitiva, bien sea a través del trabajo y/o de hábitos y pasatiempos como leer a diario.
Los avances en la prevención y el tratamiento del Alzheimer continúan y en los próximos años veremos seguramente la aprobación de nuevos medicamentos que ayudarán a disminuir la progresión de esta enfermedad. Entre tanto, es importante que hagamos todo lo posible para mantener una vida saludable y activa, tanto física como cognitivamente.
-----------------
FOTO: (PXL/Karolina Grabowska)
