Quito, 26 feb (EFE).- El movimiento indígena Pachakutik aseguró este viernes que continuará la lucha por la vía legal, y mediante la "resistencia", tras ver rechazadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sus reclamaciones a un nuevo recuento de votos de 27.767 actas de las elecciones del 7 de febrero.
La sesión del Pleno del CNE comenzó mientras a las afueras de la sede varios cientos de manifestantes se enfrentaban a la policía por espacio de algo más de una hora y fueran repelidos con gases lacrimógenos y chorros de agua, tras lo cual la calma volvió a la concentración.
LLAMADOS A LA "RESISTENCIA"
Fue el dirigente Carlos Sucuzhañay, presidente de la organización Ecuarunari, quien aseguró al terminar la reunión del Pleno que la "resistencia" por una transparentación del voto "continuará".
"Acabamos de escuchar y ver cómo terminan las resoluciones de este ineficiente CNE. Ineficiente porque no responde a los intereses de los ecuatorianos, representan a la oligarquía, a la derecha ecuatoriana, la criminalización, la división", destacó ante unas decenas de seguidores que aún seguían concentrados en la sede electoral, resto de una marcha y vigilia convocadas a lo largo del día.
E instó a los partidarios de Pachakutik, el movimiento encabezado por el candidato presidencial Yaku Pérez, a "conquistar de nuevo la resistencia", contemplada "en la Constitución", porque "todos tienen que luchar contra la corrupción, la sinverguencería y la alcahuetería".
Sucuzhañay aseguró que el movimiento presentará "el siguiente recurso ante el Tribunal Contencioso Electoral" pero que: "No quedaremos en los escritos".
Por su parte, Pérez, a través de las redes sociales, consideró que "los integrantes del CNE pasan a la historia", pero "no por su apego a la democracia, sino a los poderosos intereses económicos que imponen sus reglas".
"¡De las 20.000 actas, dan paso al reconteo de 31! No pedimos limosnas, sino respeto a la voluntad del pueblo de Ecuador", indicó el candidato, que dependía de un recuento masivo para poder optar al segundo puesto, ahora en manos del conservador Guillermo Lasso, de quien le separan unos 32.600 votos.
Al balotaje del 11 de abril no se disputaba en ningún momento el pase del correísta Andrés Arauz, ganador de los comicios presidenciales con una diferencia de unos doce puntos.
DE 27.000 ACTAS A 31
Las quejas se producían después de que el CNE redujera esta noche de forma sustancial las actas para el proceso de recuento de votos que había solicitado Pérez, quien desde la madrugada electoral sospecha un supuesto "fraude".
Con cientos de indígenas a las afueras de la sede, el CNE resolvió que la mayoría de las actas presentadas por Pachkutik no se adecuaba a las causas para el recuento establecidas en el Código de la Democracia.
Asimismo, dijo que de las 7.233 actas con supuestas inconsistencias numéricas o de firmas de responsables, 1.453 estaban repetidas y que 5.409 actas no presentaban tales errores.
Y que otras 340 actas que presentaban incidencias, ya habían sido fueron recontadas en las audiencias públicas en las provincias.
Por lo que apenas "10 actas con inconsistencias numéricas" y "21 con falta de firmas" deberán ser revisadas , según el órgano electoral que, en un comunicado, aseguró que ha dispuesto "realizar de forma inmediata el recuento en las provincias correspondientes".
Ello significa que es altamente improbable que se elimine la diferencia de votos que separan a Pérez del conservador Lasso.
BREVE BROTE DE VIOLENCIA
Mientras el pleno del CNE comenzaba sus deliberaciones con casi hora y media de retraso, a las afueras del organismo, la Policía repelía a un nutrido grupo de simpatizantes del candidato indígena que estaban esperando el fallo del órgano electoral desde primera hora de la tarde.
Allí se habían concentrado tras una marcha por la mañana que había estado encabezada por el propio Pérez para instar a los cinco miembros del Pleno a hacer "historia" y ordenar un recuento de 5,5 millones de votos, más de la mitad del escrutinio.
Testigos presenciales relataron a Efe que los manifestantes trataron de derribar las vallas de seguridad y cortar la alambrada de concertina colocada para impedir el acceso a la sede electoral, lo que provocó la reacción de la policía.
"Comenzaron a mover las vallas y se armó el desastre. Los agentes que estaban en el piquete comenzaron a reprimir con bombas lacrimógenas, chorros de agua y a mandar a todo el mundo alrededor", precisó el testigo del suceso, que provocó un gran estruendo.
Poco después de acabar los disturbios, tras insistentes llamados de líderes indígenas para pacificar la protesta, los manifestantes se concentraron en esta ocasión para emprender una serie de bailes tradicionales y encendieron en calles aledañas algunas hogueras con neumáticos, pero más para calentarse que para protestar.
También en la provincia andina de Azuay, de donde es oriundo Pérez, se ha informado de esporádicas protestas de campesinos, que han intentado poner obstáculos en las vías.