Hong Kong, 11 nov (EFE).- La apertura al público este viernes del colosal museo M+ en Hong Kong promete llenar el vacío asiático en el campo de las grandes mecas del arte contemporáneo y se produce en medio de la férrea lucha de la excolonia por preservar su propia cultura frente a la creciente censura de la China continental.
Con la libertad de creación y expresión debilitándose a ojos vista tras la entrada en vigor de una nueva Ley de Seguridad Nacional, Hong Kong se ha vestido de gala para recibir casi a tiempo para la Navidad este ingente regalo cultural: la primera institución de Asia dedicada a la cultura visual de los siglos XX y XXI.
"La apertura supone el comienzo de una nueva era para la cultura visual contemporánea en Asia y en el mundo. El planteamiento multidisciplinar de las colecciones, la integración con el medio digital y las nuevas tecnologías lo convierten en una institución global", afirma a Efe la española Verónica Castillo, subdirectora de Colecciones y Exposiciones que ha estado trabajando en el proyecto desde hace nueve años.
El macromuseo ha arrancado con seis exposiciones temáticas que mostrarán un total de 1.500 obras procedentes de los fondos propios del M+.
Alojado en una estructura de hormigón de 700.000 metros cuadrados -17.000 dedicados al espacio expositivo-, el centro ha sido diseñado por el estudio de arquitectura suizo Herzog & de Meuron en colaboración con TFP Farrells y Arup.
Por su boceto minimalista, la extensión vertical con forma de "T" recuerda a "una versión asiática de la Tate Modern" pero "más radical", de acuerdo con Jaques Herzog.
Con una gran pantalla de LED en la fachada revestida con 140.000 piezas de azulejos de cerámica, el museo se asoma desde el puerto de Victoria como un televisor de pantalla plana sentado en un mueble de entretenimiento de salón.
Detrás de la que ya se considera como la joya de la corona del Distrito cultural del oeste de Kowloon, se encuentra un equipo de profesionales de más de 20 nacionalidades en el que figuran tres españolas: además de Castillo en el área de Colecciones y Exposiciones, están Olatz Irijalba en el Registro y Préstamos de exposiciones y Marta García Celma en el área de Restauración Fotográfica.
"En las áreas menos visibles de la institución, nuestra labor consiste en asegurar discretamente la aplicación de procesos de gestión adecuados, incluyendo la logística, el almacenaje y el montaje de exposiciones, así como garantizar la preservación a largo plazo de las colecciones para el disfrute de las generaciones venideras", señala Castillo.
Con el telón de fondo de un panorama político y económico turbulento, los preparativos para la apertura del M+ se han visto empañados por la controversia y, entre bastidores, la dirección de la institución ha sufrido alguna rotación en medio de una dilatada serie de retrasos en la construcción.
Los debates y las críticas en torno al gasto y las adquisiciones del museo ya se han calmado y hoy el nuevo imperativo de sus responsables es proteger la institución para que no se convierta en una víctima de la agitación política y los recortes de libertades.
Y es que una de las razones por las que el museo se encuentra bajo la lupa es su promesa de estar libre de censura, un reto que no han tenido sus homólogos internacionales.
Mientras en China las exposiciones se enfrentan a dificultades para mostrar ciertos trabajos de arte contemporáneo que las autoridades consideran demasiado críticos con el Gobierno, las instituciones y galerías de Hong Kong podían hasta ahora, en teoría, presentar arte más explícitamente político.
El principal exponente del nuevo escenario para Hong Kong han sido las críticas a la fotografía de Ai Weiwei "Estudio de perspectiva: Tiananmen" (1997), que forma parte de la colección del museo.
La imagen pertenece a la serie "Study of Perspective" (1995-2017) y muestra al artista levantando el dedo corazón en la plaza de Tiananmen, escenario en 1989 de la sangrienta represión gubernamental de una revuelta estudiantil en protesta por la corrupción política.
Polémicas al margen, de momento se prevé que el M+ viva días tranquilos y sin afluencia masiva de público internacional debido a las estrictas normas de cuarentena que mantiene Hong Kong para prevenir la covid-19.
Mar Sánchez-Cascado