MAYAGÜEZ, Puerto Rico — Con una cargada agenda de obras benéficas, la organización escolar Lifting Puerto Rico Youth Project, viajó a la Isla del Encanto en una multifacética misión caritativa, educativa y de compromiso social.
El colectivo llegó a Puerto Rico el domingo 27 de marzo. Su objetivo por los siguientes siete días era impactar positivamente en escuelas e instituciones dedicadas a grupos vulnerables, fortaleciendo los lazos de la diáspora boricua con su tierra de origen, y creando un puente de colaboración con la comunidad de Cleveland.
La Mega Nota tuvo la grata oportunidad de interactuar con ellos durante su cuarto día de trabajo, conociendo más de cerca la labor de Lifting Puerto Rico Youth Project.
Al momento del encuentro, los miembros habían dejado su huella en escuelas, orfanatos y hogares de ancianos.
“Estos jóvenes vinieron a trabajar. Construimos un columpio en el orfanato Albergue Agustín del Coquí en el municipio de Cidra. Llevamos donaciones al Boys and Girls Club del pueblo de Aguas Buenas, donde también ofrecimos un taller de baile”, explicó Rosa Cruz, coordinadora y cofundadora de la organización.
“También en el pueblo de Aguas Buenas, construimos un ‘gazebo’ para los estudiantes de la escuela Carmen Ortiz, el cual se utilizará como centro de actividades sociales y aula al aire libre. Además, confeccionamos un jardín hidropónico de verduras y frutas en dicho plantel”, añadió Cruz.
“En una escuela del pueblo de Juana Díaz, creamos un jardín dedicado a la prevención y a las víctimas de suicidio. Como parte de este, los jóvenes del grupo escribieron mensajes positivos en piedras que colocaron en el jardín, para que sirvan de apoyo moral a estudiantes que puedan estar atravesando una crisis”, destacó la maestra.
Una colorida anécdota que sorprendió a los miembros de Lifting Puerto Rico se suscita cuando se disponían a llevar donaciones a un centro para personas de edad avanzada, y estos les recibieron vestidos con indumentarias típicas del Puerto Rico antiguo, acompañados con música tradicional.
Según comentó Rosa Cruz, esa experiencia fue muy especial ya que los alumnos tuvieron la oportunidad de compartir de forma más personalizada con los adultos mayores.
“Cada estudiante conectó con uno de los participantes del centro, jugaron dominó y visitaron juntos el Museo de Historia de Juana Díaz. Hubo una conexión íntima y jocosamente, durante la visita al museo, había una algarabía, pero esta no era causada por los jóvenes estudiantes, sino por los adultos mayores”.
Lifting Puerto Rico Youth Project es una organización caritativa sin fines de lucro con base en Lincoln-West High School de Cleveland.
El colectivo se formó naturalmente en reacción a la devastación causada por el huracán María.
Asegura Cruz que, tras el embate de la tormenta, muchos miembros de la diáspora sentían una gran angustia ante lo sucedido, y un deseo o impulso por ayudar de alguna forma u otra.
Sin tiempo que perder, a una semana después del huracán, tres compañeras maestras –Awilda Morales, Cynthia Morales y Rosa Cruz– unieron esfuerzos para coordinar un plan de ayuda a los damnificados.
Ya la comunidad en Cleveland estaba reuniendo víveres para enviar a Puerto Rico, pero para Rosa eso no era suficiente.
Ella quería llevar la ayuda a la isla personalmente, y con el respaldo de sus colegas emprendieron una iniciativa.
“En mi clase de español estábamos estudiando Puerto Rico, así que decidí incorporar a mis estudiantes en el proceso. A pesar de los obstáculos tecnológicos en la comunicación, aproximadamente al mes de la tormenta pude comunicarme con mi madrina, quien es maestra y pregunté qué necesitaban. Así comienzan los planes de logística para viajar al igual que el proceso de recaudación de fondos”, recordó.
Recolectaron artículos de necesidad, y trabajaron arduamente para conseguir el presupuesto necesario. Entre sus obras caritativas, con su esfuerzo lograron suplir 32 salones de clase con materiales escolares, abanicos solares, dos computadoras portátiles y dos tabletas para facilitar la comunicación.
A un orfanato en la ciudad de Ponce llevaron medicamentos y ayudaron a reacondicionar las facilidades, incluyendo la cancha de baloncesto, pintar y crear un área social en el patio.
Luego, tras los terremotos que sacudieron a Puerto Rico, la organización recaudó bienes y fondos para ayudar a hogares que prácticamente lo perdieron todo.
Fueron 38 familias a las que el proyecto asistió para relocalizarse en Cleveland, y facilitarles el proceso transitorio.
