Berlín, 14 ago (EFE).- El candidato socialdemócrata y ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, entró en la "fase caliente" de la lucha por la Cancillería que dejará Angela Merkel desde su posición de segundo en la coalición de Gobierno y en territorio de su rival conservador, Armin Laschet.
"No podemos mantenernos en el 'sigamos como estamos'. El principio debe ser el de avanzar en la dirección correcta, la de un futuro mejor, el de la cohesión social", clamó Scholz, en el acto de arranque de campaña, en Bochum, ciudad del "Land" de Renania del Norte-Westfalia, cuyo primer ministro es Laschet.
Las inundaciones sufridas por Alemania, "que tantas vidas han costado, que han arrasado casas, talleres, infraestructuras, nos han mostrado la fuerza de la naturaleza y que no se puede seguir haciendo simplemente lo mismo. Hay que hacerlo mejor", continuó, desde uno de los estados federados que sufrieron la devastación.
Para hacer frente a pandemia se movilizaron "enormes recursos financieros", evaluados por el titular de Finanzas en 400.000 millones de euros hasta finales del próximo año. Para afrontar los "grandes desafíos presentes" hay que actuar con los principios de la "cohesión y la solidaridad", algo que para Scholz no se logrará con "otro gobierno bajo liderazgo conservador" ni bajando los impuestos a los ingresos más altos.
Abrir la campaña en Bochum implicaba, de por sí, un desafío directo al bloque conservador, desde un "Land" que fue bastión del Partido Socialdemócrata (SPD) y que ahora gobierna Laschet.
El SPD trata no sólo de ganarse al electorado de ese "Land", el más poblado del país -con 18 millones de habitantes-, sino además dejar en evidencia los deficits del teórico sucesor "natural" de Merkel.
Laschet representa la vía centrista de Merkel, pero no se le identifica como su continuador, ni por talante personal ni en cuanto a capacidad de manejarse ante grandes crisis o desafíos.
El SPD apuesta por Scholz como exponente de "competencia y experiencia", en palabras de la presidenta del SPD, Saskia Esken, quien como el resto de la cúpula del partido arropó a Scholz en Bochum, en un acto al aire libre transmitido a la militancia repartida por otros puntos del país.
"Olaf tiene el respaldo de todo el partido, Laschet siembra dudas entre los suyos", sentenció el secretario general del SPD, Lars Klingbeil, quien suele lanzar este tipo de pullas directas. Scholz es bastante más diplomático, acorde a su perfl moderado y a su papel en la gran coalición.
Laschet fue elegido líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) a principios de año tras imponerse a su ala más derechista. A eso siguió otro pulso frente al primer ministro bávaro, Markus Söder, hasta ser designado candidato del bloque conservador.
En esa decisión influyó que Laschet representaba el "Land" de mayor peso del país. Pero en lugar de ganar posiciones ha ido cayendo en los sondeos.
De entrada no era ya un político bien valorado en el país debido a su errática gestión de la pandemia. Las inundaciones que afectaron su "Land" reabrieron las críticas a su escasa ambición como líder regional en la lucha climática -principal preocupación del ciudadano-.
Pero el peor zarpazo le vino cuando se viralizaron unas imágenes en que aparecía riéndose, mientras el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, expresaba su consternación a los damnificados en una catástrofe con más de 180 víctimas mortales -60 de la cuales en su región-.
Apenas un 21 % de los ciudadanos quiere a Laschet como canciller, frente al 41 % que se decanta por Scholz. En tercera posición cae la verde Annalena Baerbock, con un 16 %.
Esta clasificación es teórica, puesto que en la democracia parlamentaria alemana el canciller no se elige por voto directo ciudadano, sino que surge de la mayoría resultante en el Bundestag (cámara baja).
El bloque conservador de Laschet sigue en primera posición, pero ha perdido dos puntos en una semana y se sitúa en un 26 % de intención de voto según el último "Politbarometer" de la televisión pública ZDF. El SPD, durante meses en tercera posición, ha remontado y se sitúa ahora en un 19 %, empatado con los ecologistas.
Scholz necesita quedar al menos en segunda posición en las elecciones del 26 de septiembre para reclamar para sí la Cancillería, probablemente al frente de un tripartito con Verdes y liberales -con un 11 % de los votos-.
La apertura de su campaña fue en Bochum. El cierre, el viernes 24, será en Colonia, asimismo en el "Land" de Renania del Norte-Westfalia.
Gemma Casadevall