Washington, 22 dic (EFE).- El Senado estadounidense aprobó este jueves el presupuesto fiscal para 2023, que contempla un gasto de unos 1,7 billones de dólares, después de tener a los legisladores negociando hasta la madrugada debido en parte a enmiendas sobre la gestión de la frontera con México.
La Cámara Alta dio su visto bueno por 68 votos a favor y 29 en contra un día antes de que expiren los fondos para el funcionamiento de la Administración federal en la medianoche del viernes.
Tras su paso por el Senado, los presupuestos deben ser aprobados por la Cámara de Representantes, controlada igualmente por los demócratas, antes de ser ratificados por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El mayor escollo para la aprobación de los presupuestos en la Cámara Alta tenía como protagonista el Título 42, que es una normativa sanitaria que permite expulsiones en caliente de migrantes en la frontera bajo el pretexto de la pandemia.
Estaba previsto que se levantara este miércoles, pero el Tribunal Supremo ha decidido mantenerla de forma cautelar hasta que los tribunales de menor instancia resuelvan los litigios abiertos sobre su aplicación.
El senador republicano Mike Lee introdujo una enmienda al proyecto de ley de presupuestos para que se preservara su vigencia y su propuesta fue denegada por 47 votos a favor y 50 en contra.
La enmienda presentada por el senador demócrata Jon Tester y por la independiente Kyrsten Sinema, que hasta la semana pasada estaba afiliada al Partido Demócrata, abogaba también por mantener el Título 42 y fue igualmente rechazada por 10 votos a favor y 87 en contra.
"Basta de usar la frontera como una herramienta política. Debemos financiar el Gobierno y resolver nuestra crisis fronteriza. Mi enmienda mantiene el Título 42 hasta que se implemente un plan permanente, aumenta los fondos que se necesitan desesperadamente para la seguridad fronteriza, invierte en nuestros agentes y ayuda a detener el flujo de drogas peligrosas", señaló este jueves la senadora.
El proyecto de ley negociado incluye un presupuesto de defensa valorado en unos 858.000 millones de dólares y otros 800.000 millones para otras partidas, un incremento del 9,3 % respecto al año anterior.
También abarca 40.600 millones para atender sequías, huracanes, inundaciones, incendios y otros desastres naturales y emergencias en Estados Unidos y unos 45.000 millones de dólares en ayuda económica, humanitaria y de seguridad para Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que visitó Washington para reunirse con Biden defendió el miércoles ante los miembros del Congreso que el dinero dirigido a su país no es caridad: "Es una inversión en la seguridad global y en la democracia", les dijo.
El líder de la mayoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer concluyó este jueves al cierre de la sesión que "es uno de los proyectos de ley más significativos que hemos hecho en mucho tiempo. El Senado financia el Gobierno con una inversión agresiva que ayudará a los trabajadores y a las familias".
Algunos legisladores republicanos habían afirmado que preferían seguir posponiendo el debate sobre el nuevo proyecto de ley hasta 2023, cuando su grupo recupere en enero el control de la Cámara de Representantes, con la esperanza de que esto les dé mayor poder de negociación para forzar recortes.
El actual líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, que se perfila como posible presidente de ese hemiciclo a partir de enero, amenazó de hecho esta semana con bloquear el año que viene toda iniciativa legislativa promovida por senadores republicanos que hayan respaldado estos presupuestos.