Washington, 5 feb (EFE).- El plan de estímulo de 1,9 billones de dólares que impulsa el presidente de EE.UU., Joe Biden, para combatir la crisis de la covid-19 avanzó este viernes en el Congreso, pero sin el apoyo bipartidista que esperaba el gobernante.
El proyecto de ley presupuestario logró esta madrugada la aprobación del Senado, pero gracias al voto de la vicepresidenta del país, Kamala Harris, que en su calidad de presidenta de la Cámara Alta decide la votación en caso de empate.
La aprobación se produjo poco después de las 05.30 hora local (10.30 GMT) tras una sesión de unas 15 horas en la que se debatieron unas 45 enmiendas, gracias al voto final de Harris, que rompió el empate a 50 de los senadores, divididos por sus líneas de partido.
El proyecto de ley ya había recibido el pasado miércoles el respaldo de la Cámara de Representantes, pero la versión aprobada por el Senado pasó a ser debatida en la Cámara Baja y se espera que se apruebe hoy mismo gracias a la mayoría demócrata.
UN PROCESO QUE PUEDE TARDAR SEMANAS
Posteriormente, el proyecto de ley debe ser desarrollado y redactado en detalle por varios comités del Congreso, con lo que, pese al carácter de urgencia que Biden ha dado a este plan de estimulo, este proceso pudiera aún tardar varias semanas.
Los demócratas han expresado su intención de lograr la aprobación final de este plan para mediados de marzo, fecha en que expiran los beneficios de desempleo aprobados hasta ahora.
La propuesta impulsada por Biden incluye la distribución de cheques de 1.400 dólares a los contribuyentes, una prestación semanal por desempleo de 400 dólares, y 350.000 millones de dólares para ayudar a los Gobiernos estatales y municipales a afrontar los efectos de la pandemia del coronavirus.
Asimismo, incluye un aumento del salario mínimo a 15 dólares la hora para todo el país, y más fondos para el cuidado infantil, la financiación de las escuelas y la distribución de las vacunas.
Sobre el cheque de 1.400 dólares por contribuyente incluido en el plan, los demócratas han expresado su intención de limitarlos a las familias de ingresos medios y bajos, mientras que los republicanos plantearon dejar fuera a los inmigrantes indocumentados, una enmienda que se aprobó con el apoyo de ocho legisladores demócratas.
Pese a los reiterados deseos de Biden de que quería conseguir un plan que fuera apoyado también por los republicanos, estos se quejaron de que es muy caro y supone un gasto excesivo.
Según los conservadores -un grupo de los cuales había propuesto un paquete de 600.000 millones-, con la economía del país recuperándose, no hay necesidad de gastar 1,9 billones de dólares, después de los estímulos aprobados el pasado año desde el comienzo de la pandemia.
DOS RESCATES PREVIOS
En marzo del año pasado, el Congreso aprobó un plan de 2,3 billones de dólares y en diciembre otro de 900.000 millones, que incluían cheques para los contribuyentes que ayudaran a reactivar la economía, así como protecciones ante los desahucios y aportes para prolongar las ayudas al desempleo.
En declaraciones antes de una reunión con congresistas demócratas para abordar el nuevo plan tras la aprobación en el Senado, Biden defendió la necesidad del nuevo paquete de estímulo y dijo que lo que está en juego es "la vida de las personas".
Biden aludió a las cifras de desempleo anunciadas hoy, que situaron ese índice en el 6,3 % en enero, la más baja desde el comienzo de la pandemia, pero aseguró que al ritmo actual de creación de puestos de trabajo "pasarán diez años antes de que alcancemos el pleno empleo".
Al estallar la crisis del coronavirus, el desempleo pasó del 3,5 % en febrero del año pasado, cerca del pleno empleo, al 14,7 % en abril, y desde entonces ha ido bajando, pero en los últimos meses la actividad en el mercado laboral se ha mostrado más lenta.
"La gente realmente está sufriendo, está siendo desalojada", insistió Biden, quien se refirió a los efectos que para la salud mental, el abuso de drogas o la violencia contra las mujeres está generando la crisis.
"El resultado final no es solo el impacto macroeconómico o en nuestra capacidad para competir internacionalmente, son las vidas de personas reales y vivas que están sufriendo y podemos solucionarlo", insistió.
Por su lado, los senadores republicanos han acusado a los demócratas de ser hipócritas, al expresar intenciones de lograr un acuerdo bipartidista y luego aprobar el plan de recuperación con la fuerza que les otorga su control de ambas cámaras del Congreso.
"A pesar de las necesidades reales y de toda la dialéctica sobre unidad bipartidista, los demócratas del Congreso avanzan y utilizan este presupuesto tramposo para preparar la mesa y aprobar su borrador preliminar de 1,9 billones de dólares, dijo a los periodistas el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell.
"Este no es momento para que billones de dólares hagan un poco más aceptables los bloqueos permanentes y el declive económico", agregó McConnell.