Valencia (España), 27 may (EFE).- El movimiento que caracteriza la obra del artista británico Julian Opie llena la ciudad española de Valencia desde este jueves de esculturas monumentales y paneles animados repartidos en varios céntricos espacios urbanos y en los que la figura humana se erige como protagonista.
La propuesta de Opie, creada ex profeso para esta exposición, traspasa los espacios habituales de un museo, con un conjunto escultórico de dieciséis piezas, entre ellas varias esculturas, dos de ellas de doce metros, así como dos cubos de luz con caminantes y sus conocidas animaciones en pantallas de LED.
Impulsada por la Fundación Hortensia Herrero y comisariada por Javier Molins, la exposición del artista londinense, inaugurada este jueves, se reparte entre la plaza del Patriarca, el claustro y una sala del Centro Cultural La Nau (el antiguo Rectorado) de la Universitat de València, y podrá visitarse hasta el 19 de septiembre.
Opie (Londres, 1958) ha agradecido este jueves al humanista valenciano Luis Vives -su escultura preside el claustro de La Nau- dejarle "compartir el espacio con él", así como la "oportunidad" que le han brindado de llevar adelante una propuesta con tanto "riesgo", como estas esculturas de grandes dimensiones.
La impulsora de la iniciativa, Hortensia Herrero, acompañada de su marido, el empresario Juan Roig, ha explicado que eligió a Opie porque "es alegre, minimalista y enseguida se incorporó a la causa, y además lleva en sus obras la actividad, el movimiento que tanto necesitamos ahora", y ha resaltado: "Quiero que sea una loa al movimiento".
La exposición, que toma la calle para acercar el arte contemporáneo a la ciudadanía, cuenta con dos esculturas de acero de doce metros de altura y seis toneladas de peso, nunca vistas hasta ahora, en la plaza del Colegio del Patriarca, en las que Opie muestra dos figuras humanas desarrollando un actividad cotidiana.
Estos gigantes comparten espacio con un grupo escultórico de cuatro caminantes de dos metros cuyo origen son fotografías que Opie toma de personas anónimas que van por la calle y que se asemejan más a dibujos en tres dimensiones.
La muestra se traslada al claustro de La Nau con otras tres figuras que "dialogan con la estatua de Luis Vives" y "rinden homenaje al humanista que trabajó en la corte del rey Enrique VIII", según Molins.
La exposición se completa con dos cajas de luz, dos cubos con más caminantes y sus conocidas animaciones en pantallas LED, visiones de multitudes anónimas en sus quehaceres cotidianos en las grandes ciudades, con "el mismo estilo que los frisos de arte antiguo de Egipto, personajes con los rasgos faciales escamoteados".
Para Molins, Opie "lleva ese movimiento a su máxima expresión" y ha valorado que aceptara el "reto" de esta exposición en "un momento difícil" por la pandemia -vio el espacio por videollamada- y la quisiera "enriquecer" con las dos esculturas "más grandes que ha hecho nunca".
Ha explicado que Opie, uno de los "artistas contemporáneos de mayor proyección internacional", dibuja desde los 6 años y está muy influido por el cómic, pero también por los videojuegos, y las figuras que crea son "muy contemporáneas y las dota de movimiento pero también tienen una carga histórica, del pasado".
En total en la exposición aparece la imagen de 47 personas a veces conocidas y otras anónimas a los que ha retratado y algunos, según ha explicado el propio artista, "algunos parecen más estatuas y otros más dinámicos, y el conjunto hace que ha exposición sea especial".
Hortensia Herrero ha asegurado que es "gratificante poder acercar el arte de Julian a los valencianos" y ha resaltado que lo es aún más en esta época debido a las circunstancias.
Mónica Collado