Sao Paulo, 25 mar (EFE).- El Lollapalooza devuelve este fin de semana la vida a una Sao Paulo sedienta de festivales tras dos años de intensas restricciones debido a la pandemia del coronavirus, en una primera jornada marcada por los festivos ritmos brasileños, la rendición ante el rock de The Strokes y un marcado acento político.
El Lollapalooza 2022, que cumple este año una década en Brasil, es el primer evento de grandes proporciones celebrado en el país suramericano desde la irrupción, en febrero de 2020, de la crisis de covid-19, que ya deja más de 658.000 muertos, y es el primer festival masivo realizado en Sao Paulo desde el decreto que autorizó el fin del uso de las mascarillas en el estado.
Desde la mitad de la mañana, miles de asistentes se concentraban a las puertas del autódromo internacional de Interlagos, en el sur de la capital paulista, donde no escondían su ansiedad por el inicio de la primera de tres jornadas que prometen sacudir el fin de semana en la metrópoli más populosa de Suramérica.
"Estoy muy contenta, no me iba a perderlo por nada. Es una alegría inmensa estar aquí, finalmente reuniendo a los amigos y celebrando la música, la vida, después de dos años tan tristes y duros", dijo a Efe Laura Pereira, de 25 años.
El rock y los ritmos brasileños dominaron el primero de los tres días de esta novena edición del Lollapalooza, que también contó con un fuerte acento político y un sinfín de manifestaciones contrarias al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por parte de los artistas y del público -pero de las que otros líderes globales tampoco lograron escapar.
Los gritos de "Fuera Bolsonaro" dieron el tono de gran parte de los conciertos internacionales y locales, como el de los rockeros brasileños Detonautas, quienes fueron los primeros a debutar en los escenarios del festival y calentaron los motores para un verdadero maratón que solo terminaría en la madrugada del sábado con el broche de oro del indie rock de The Strokes.
La cantante pop británica Marina tampoco ahorró en las críticas y vociferó un sonoro "Que te den, Bolsonaro y Putin" y fue prontamente acompañada por una sólida ovación de la audiencia, que no tardó en condenar y pedir, al unísono, el fin del conflicto en Ucrania.
Igualmente se unió a la ola la popular cantante Pabllo Vittar, quien estrenó en el Lollapalooza con un concierto fiel a su estilo explosivo, pero repleto de ácidas críticas al jefe de Estado brasileño.
"Fuera Bolsonaro", voceó ya en los minutos finales de su presentación la artista, quien, antes de abandonar el escenario, y lució una bandera con la imagen del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el principal antagonista del actual gobernante y favorito para las elecciones presidenciales que Brasil celebrará en octubre próximo.
Sin embargo, la primera jornada de una de las mayores citas musicales de Latinoamérica estuvo marcada, también, por algunos tropiezos, aunque éstos no fueron suficientes para disipar la euforia de una muchedumbre que anhelaba por la vuelta de los eventos masivos después de dos años de inercia cultural.
Una fuerte tormenta por la tarde obligó la interrupción de algunos conciertos, produjo retrasos en otros y causó daños en algunas estructuras metálicas, además de una caída masiva de los sistemas del festival, lo que atrasó la entrada de centenas de personas y llevó al cierre anticipado de algunos de los restaurantes debido a los fallos de conexión.
Ello no impidió, eso sí, que quienes apostaron por permanecer en el local disfrutara "al máximo" de su experiencia.
"La lluvia fastidia un poco, pero quien viene a un sitio así ya viene preparado. Aparte de eso, la edición está muy buena, es un alivio poder salir y respirar. Yo tenía grandes expectativas tras dos años encerrada en casa y me lo estoy pasando fenomenal", afirmó a Efe la programadora Priscila Machado, de 31 años.
Y es que, solo este viernes, más de 100.900 personas acudieron al festival, mientras que, según los organizadores, más de 300.000 asistentes deberán circular por los 600.000 metros cuadrados del autódromo internacional de Interlagos durante los tres días de esa gran cita musical.
Nayara Batschke