Yakarta, 15 jul (EFE).- Varios responsables de Finanzas del G20, incluida la estadounidense Janet Yellen, abordaron este viernes en Bali (Indonesia) medidas para frenar el encarecimiento de los alimentos y de los fertilizantes que está aumentando el hambre en el mundo.
La secretaria del Tesoro de EE.UU. reiteró que Moscú está usando los alimentos como "arma de guerra" en Ucrania tras la invasión el pasado febrero, lo que está exacerbando, en su opinión, las consecuencias de la pandemia de la covid-19 y la crisis climática en la seguridad alimentaria.
"Los que están siendo afectados más directamente son los hogares más pobres de los países más pobres, familias que usan una parte desproporcionada de sus ingresos en comida son forzadas a duros dilemas", señaló Yellen en un debate celebrado en el marco de la reunión de Finanzas del G20 en Nusa Dua, en Bali.
La secretaria estadounidense instó al G20 a tomar decisiones en consenso y de manera rápida, al tiempo que hizo un llamamiento a que los países no impongan restricciones a las exportaciones de alimentos ni acumulen existencias.
Una de las preocupaciones expresadas en el debate fue la falta de fertilizante en el mercado debido a la guerra de Ucrania, lo que está empeorando la crisis alimentaria.
El ministro de Finanzas de Senegal, Amadou Hott, cuyo país asumió este año la presidencia de la Unión Africana, afirmó que, aunque los alimentos y fertilizantes no son objeto de sanciones en Rusia y Bielorrusia, muchas empresas y bancos prefieren no arriesgarse a la hora de comprar de estos países.
"Tienen miedo de recibir sanciones en el futuro. ¿Es posible decir muy claramente que cuando compres alimentos o fertilizantes de Rusia, Ucrania u otros lugares no habrá sanciones hoy, no sanciones mañana?", inquirió.
Hott precisó que el número de personas que sufren malnutrición en África ha pasado de 230 a 310 millones de personas tras la guerra en Ucrania, según el Programa Mundial de Alimentos.
"De acuerdo con el Banco de Desarrollo Africano (...), África tiene un déficit de unos 2 millones de toneladas métricas de fertilizantes este año. Esto se traduce en unos 11.000 millones de dólares en pérdidas de producción", aseguró el ministro senegalés.
Hott instó a los países del mundo a actuar con la urgencia y el consenso que han demostrado durante la pandemia de la covid-19, al alertar de que es posible que más gente muera debido a la hambruna que por el coronavirus.
La inflación y las crisis alimentaria y energética amenazan con empeorar la situación del hambre, que afecta a 811 millones de personas en el mundo, con 276 millones en situación de hambruna extrema comparados con 135 millones antes de la pandemia, según el Programa Mundial de Alimentos.
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