Ambato (Ecuador), 27 feb (EFE).- El diestro ecuatoriano Guillermo Alban salió por la puerta grande, en la primera tarde de la feria “Nuestra Señora de la Merced”, de la ciudad andina de Ambato, en la que los españoles Finito de Córdoba y Emilio de Justo se fueron de vacío.
Con un lleno casi total en la Monumental Plaza de Toros de Ambato, se lidiaron ejemplares de Peñas Blancas y Vista Hermosa, con encaste Domecq, que dieron un juego variado, sobre todo el quinto, que tuvo grandes cualidades.
La corrida estuvo pasada por agua, con una pertinaz lluvia que cayó de principio a fin, pero que no inmutó a los tendidos, donde los aficionados, muchos de ellos sin mascarillas, recomendada por las autoridades para protegerse de la covid-19.
Finito de Córdoba empezó la lidia de la tarde con verónicas un tanto movidas, que dieron paso rápidamente a las varas y a las banderillas, para continuar con la muleta con doblones a media altura, lances con la izquierda al sonido de los vientos, derechazos, toreo en circular, cambio de mano por la espalda y remate con el forzado de pecho.
Concluyó la faena al tercer viaje, tras un pinchazo, una espada atravesada por el costado del animal y otra media estocada que no hizo efecto, para dejar que acabe su labor al primer golpe del verduguillo. Silencio.
En su segundo, el cuarto de la tarde, Finito empezó con verónicas y media, ante un toro que mostró mala intención, con extraños constantes, sin fijarse en la muleta, suelto y con casi nada de calidad.
Abrevió y repitió los tres viajes con la espada, sumó dos avisos y recibió críticas desde las gradas.
El ecuatoriano Albán salió en segundo lugar y desde el comienzo mostró ganas y buena labor al recibir a su primero con verónicas a pies juntos mientras llevaba al toro a los medios, para un puyazo que dejó ver la bravura del astado y una labor de muleta con la mano izquierda e inmensos naturales que se coronaron con música.
Se adornó por molinetes y continuó su labor en el medio del albero, mostró su temple y técnica al rematar su labor con una tanda por izquierda y el adorno por tafalleras. Tomó el acero y con una estocada en la cruz completó su tarea para recibir una oreja, con una sonora petición de la segunda.
Al quinto de la tarde Albán lo recibió de hinojos con una larga cambiada, prosiguió con verónicas a pies juntos rematadas con una revolera y dirigió el toro a la cabalgadura con tafalleras, para adornarse con gaoneras y rematar con una serpentina jaleada, al igual que el tercio de banderillas de su escuadra.
Con la flámula también empezó con rodillas en tierra, ligando una tanda entera para rematar con un forzado de pecho, faena por ambas manos a pies juntos con una técnica magistral, manoletina y tandas por el pitón derecho; pases por la espalda y muletazos lentos y concisos para que el toro recuperase la fuerza.
Finalizó con una alegoría de molinetes y manoletinas, acudió al acero y tras un pinchazo colocó una estocada fulminante. Recibió una oreja, mientras el palco pedía con bronca la segunda.
El tercero en orden de la lidia fue Emilio de Justo, que empezó su tarea con verónicas movidas hacia los medios, donde plantó los pies a modo de remate, ante un toro que demostró bravura en la puya y que en la faena permitió pases por alto y con la mano izquierda en los miedos; tandas por el pitón izquierdo y forzado de pecho.
Descalzo, cuajó una tanda de naturales para ligar tres series consecutivas y en la cuarta el toro le hizo un extraño que descontroló al matador, quien se mantuvo sobre el pitón derecho con naturales y el forzado de pecho al rematar. Erró con el acero y perdió los trofeos.
Al último de la tarde Emilio de Justo lo recibió con verónicas, una labor justa y una tibia actuación con la muleta para cumplir y finalizar con una espada floja. Silencio.
La feria de Ambato concluirá mañana, lunes, con la actuación de los diestros españoles Octavio Chacón y Gómez del Pilar, acompañados del ecuatoriano Martín Campuzano.
Por: Francisco Racines
