Estados Unidos y Rusia han llevado a cabo el mayor canje de prisioneros desde la Guerra Fría, con el intercambio de 24 reclusos en el aeropuerto de Ankara, bajo la supervisión de los servicios secretos turcos. Este significativo acuerdo incluye la liberación de tres ciudadanos estadounidenses y una persona con residencia legal en EE. UU., así como de cinco alemanes y siete rusos. El presidente Joe Biden ha descrito este canje como una "hazaña diplomática", destacando que muchos de los liberados habían estado detenidos injustamente durante años.
Entre los reclusos intercambiados se encuentran el periodista Evan Gershkovich, corresponsal del Wall Street Journal, y el hispano-ruso Pablo González, detenido en Polonia por espionaje. Además, el exmarine Paul Whelan, quien ha estado preso desde diciembre de 2018, fue un foco central en las negociaciones, que originalmente contemplaban también la liberación del líder opositor Alexéi Navalni, quien falleció en prisión en febrero.
Por su parte, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) ha defendido que los excarcelados trabajaban en "interés de Estados extranjeros" y ha subrayado la eficacia de los órganos de seguridad rusos en la consecución de este intercambio. El canje es un recordatorio de las complejas relaciones entre ambas naciones, que continúan en un estado tenso.