Para quienes nunca han viajado a Panamá y preguntan ¿cómo es el clima?, les puedo decir que es muy similar al de Miami, Florida.
La única diferencia es que tenemos más humedad y –aunque sea estación seca, que se le llama verano– por ahí siempre sorprende la lluvia, y a decir verdad, son fuertes aguaceros.
La llegada de la estación seca comienza con sus primeras brisas veraniegas a principio de diciembre y termina a mediados de abril. La lluviosa se extiende desde mayo hasta noviembre.
Pero usted nunca se deje llevar por estas especificaciones.
Igual en temporada de lluvia, en Panamá, el clima sorprende con días de “sol que queman” y en “verano”, un “palo de agua” cae de repente y cambia todos los planes.
En un país bien caliente, como el nuestro, nunca faltan los antojitos congelados, que refrescan el paladar y se encuentran en cualquier esquina.
Raspaos
Si usted leyó “Detrás de las letras” en la pasada edición, entonces ya sabe de qué se trata; pero si no, entonces aquí aprovecho y explico:
Había dicho que “siempre que viajo a casa lo primero que hago –después de salir del aeropuerto de Tocumen– es buscar una carretilla para disfrutar un delicioso ‘raspao’ rojo completamente cubierto de leche condensada”.
En la misma ciudad capital, usted los encontrará en el área de la Avenida Balboa –ahora la Cinta Costera– o el pintoresco Barrio de San Felipe.
Es hielo triturado, servido en un vaso o cono de papel, cubierto con sirope artesanal (rojo, naranja, limón, nance y uva) y que luego bañan con leche condensada, además de miel y polvo de malteada.
Como todo ha cambiado, los “raspaos” también.
Ahora hasta los venden en los centros comerciales con frutas o transformado en cóctel, pero no se los recomiendo.
Es mejor que busquen el tradicional, ese de las carretillas que sirven al aire libre bajo el sol.
Duros
Esta es otra delicia congelada con tantos sabores naturales como lo permita la imaginación, de fruta pura o mezclado con leche, vainilla u otros ingredientes.
Se prepara un concentrado de la fruta favorita, además de azúcar (blanca o morena).
Se vierten en vasitos desechables o “cartuchitos” transparentes y luego se congelan.
En Panamá a las bolsas plásticas de un solo uso se les llama “cartuchos”.
Aquellos pequeños para duros son muy baratos; por 0.50 centavos, venden 100 unidades.
Helados de pipa
Pipa se le llama al coco “nuevo”, es decir cuando aún está verde, pero en su punto perfecto para disfrutar el agua que tienen dentro.
Del coco “viejo” se hacen duros y cocadas, mientras que del “nuevo” se prepara el popular helado o “barquillo” de pipa, único de mi tierra.
Crecí comiendo “barquillos”, nombre común que se le da al cono de sorbeto sobre el que se sirven las mezclas artesanales de helado preparado para ferias, fiestas de pueblo, patronales y grandes celebraciones religiosas.
De niña recuerdo que lo hacían de fresa, vainilla y nunca faltaba el de pipa, que llevaba hasta pedacitos de ese coco blando.
Los repartían en un envase especial que preservaba el frío e iba montado en una carretilla de madera empujada por los vendedores, quienes recorrían las calles o se refugiaban del sol bajo la sombra de un árbol.
