Las cifras de personas afectadas por COVID-19 en Estados Unidos continúan en aumento.
Al momento de redactarse esta nota, 2.2 millones de personas habían contraído el virus y 120 mil, murieron a causa de la enfermedad, colocando al país en el lugar número uno en cantidad de casos en el mundo.
La crisis de salud evidencia que el virus del COVID-19 afecta desproporcionadamente a los grupos de minorías raciales y étnicas.
Un informe reciente de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), incluyó datos de raza y etnia de 580 pacientes hospitalizados en la ciudad de New York, con COVID-19 y encontró que el 45% eran blancos, en comparación con el 59% de personas en comunidades de áreas circundantes.
Sin embargo, el 33% del total de pacientes hospitalizados eran negros, en comparación con el 18% del resto de la comunidad, y el 8% eran hispanos, en comparación con el 14% del total.
Estos datos sugieren una sobrerrepresentación de las personas de raza negra entre los pacientes hospitalizados.
Los datos no son ajenos a los expertos, quienes mantienen que existen disparidades de salud entre las poblaciones minoritarias en todos los aspectos de la salud.
Son tres las posibles causas atribuidas a esta disparidad.
1. Condiciones habitacionales
Debido al racismo institucional, muchas de las familias –de minorías raciales y étnicas– pueden ser más propensas a vivir segregados en zonas densamente pobladas.
Esta realidad social afecta directamente la efectividad de medidas de prevención como el distanciamiento social y el acceso asequible a servicios de salud.
2. Condiciones laborales
Por lo general, los grupos minoritarios se encuentran en un rango mayor de riesgo de infección debido al tipo de trabajo que realizan.
Se desempeñan en industrias esenciales y siguen laborando fuera del hogar a pesar de los brotes en sus comunidades, ya que sus ingresos y el de sus familias se verían afectados si no lo hicieran.
Los trabajadores hispanos representan el grupo con tasas más bajas de acceso a licencias pagadas en comparación con los blancos no hispanos.
3. Condiciones precarias
Las disparidades sanitarias existentes y las barreras para recibir atención médica, podrían hacer que los miembros de minorías raciales y étnicas, sean especialmente vulnerables en las emergencias de salud pública, como los brotes de COVID-19.
Factores como la falta de cobertura médica, hacen que estas poblaciones tengan dificultades accediendo a cuidados médicos preventivos y de monitoreo, los cuales son imperativos para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas y degenerativas como las afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer, asma, gripe, neumonía, diabetes y VIH/SIDA.
A su vez, la tasa de mortalidad por enfermedades entre los afroamericanos es generalmente mayor que la de los blancos y la tasa de mortalidad infantil también es más alta para este grupo.
Las cifras demuestran que entre las personas sin seguro médico, los hispanos tienen dos veces y media más probabilidades de no contar con cobertura, en comparación con sus pares blancos.