Managua, 12 nov (EFE).- La creatividad afloró este viernes con los trajes fantasmales de la fiesta popular “Los Agüizotes”, que se celebra anualmente en el departamento (provincia) de Masaya, en el Pacífico de Nicaragua, y en medio de la crisis sanitaria de la covid-19.
La ciudad de Masaya acogió a cientos de personajes fantasmales que, entre música y algarabía, bailaban e iluminaban las calles del populoso barrio indígena de Monimbó y sus alrededores, con sus velas, antorchas y candiles artesanales, para celebrar la tradicional fiesta.
“Los Agüizotes” se celebra el último viernes de octubre; sin embargo, en esta ocasión se movió a la segunda semana de noviembre, debido a las elecciones presidenciales del pasado domingo en el país centroamericano.
Mujeres con aspecto terrorífico, carretas haladas por bueyes esqueléticos, hombres sin cabeza, todo en representación de los mitos y leyendas que cobran vida cada año en esa ciudad.
En esta ocasión, personas de series y películas internacionales como “IT”, “Los juegos del Calamar” y “La Monja”, resaltaron entre la caravana terrorífica, que aglutinó a cientos de personas, entre espectadores y participantes, que en su mayoría no portaba mascarillas para evitar la covid-19.
La celebración estuvo custodiada por agentes antidisturbios, constató EFE.
¿DE DÓNDE VIENEN LOS AGÜIZOTES?
La palabra “agüizote” proviene del náhuatl, en la que “agüi” significa agua, y “zote” significa espantos, por lo tanto, “agüizotes” denota espanto cerca del agua.
En esta procesión nocturna los personajes, en su mayoría salidos de populares leyendas nicaragüenses, portan los más originales vestuarios y lucen sus máscaras grotescas elaboradas por artesanos locales.
Los protagonistas de los diferentes personajes ancestrales son hombres, mujeres y niños, que buscan generar terror entre los visitantes, danzando a manera de ritual al ritmo de bandas filarmónicas, que hacen aún más entretenido este carnaval terrorífico.
No faltan las bocanadas de fuego lanzadas al aire por los protagonistas y los ataúdes, con sus aparentes difuntos, que llevan sus rostros pintados y sus largos vestidos desgarrados.
Hay quienes piensan que la noche de “Los Agüizotes” es una fiesta de culto satánico, otros pura tradición popular, pero más allá del "terror" que causan en la población, en lo que coincide la mayoría es en que se trata de una de las procesiones más alegres de Nicaragua.
La celebración de “Los Agüizotes” es propia de los habitantes de Masaya desde 1976, y forma parte de las fiestas patronales de San Jerónimo, que inician con “la bajada” de la imagen del santo a mediados de septiembre, realizando continuas procesiones por todas las calles de la ciudad, en medio de música tradicionalista.