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Calor navideño propio de América Latina

por Claudia Longo (claudia.longo@lamegamedia.com)


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La Navidad es el 25 de diciembre y al hemisferio sur le toca festejarlo en pleno comienzo del verano. 

Las puertas de las casas se abren para que amigos, vecinos y familiares lleguen a compartir esta celebración en comunidad. 

El clima cálido permite que los más pequeños jueguen en las calles anticipando la tan ansiada Noche Buena. 

Las casas se decoran con árboles navideños, luces y guirnaldas de colores. 

Navidad es una de las celebraciones más importantes de la comunidad cristiana. 

El origen, es la conmemoración del nacimiento de Cristo, más de 2,000 años atrás. 

En Latinoamérica existen tantas variantes de festejos navideños como países en el continente. 

A pesar de la comercialización, el significado detrás de la Navidad, sigue siendo la celebración de la familia, el pretexto perfecto para los reencuentros y las largas charlas postergadas en compañía de seres queridos. 

Existe una variedad de platillos que mezclan las tradiciones europeas con los sabores nativos de cada país, decoraciones de múltiples colores, villancicos y pesebres. 

La Navidad en Latinoamérica es una de las más ricas y únicas en el mundo. 

Centroamérica

Tanto en México y Guatemala, como en muchos países de Centroamérica, se realizan Posadas. Representan el pasaje bíblico donde la virgen María y José peregrinan en busca de refugio días antes del nacimiento de Jesús.

La noche del 24, los católicos van a la Misa del Gallo y para la cena se sirve el pavo o gallina, pupusas y diferentes ensaladas. 

En San José, Costa Rica, en el día de Navidad la ciudad se ilumina de manera muy especial, complementando con luces de Bengala, cohetes y fuegos artificiales. 

En Panamá, además del pesebre y el árbol de Navidad, se acostumbra a realizar un hermoso y colorido desfile por la ciudad. 

Los platos típicos son tamales, arroz con pollo o arroz con guandú, ensalada de papas, jamón o pavo, rosca de pan, lechona (cerdo asado) con bollos y dulce de frutas.

El Caribe

En Puerto Rico, República Dominicana y Cuba, la Nochebuena tiene diferencias muy pequeñas: en las tres hay Misa de Gallo y, después, la cena.

En Cuba se prepara puerco asado, fricasé de pollo o de gallinas de Guinea, congrí (arroz con frijoles negros), plátanos verdes fritos, ensalada, turrones españoles y dulces hechos en casa.

Es casi lo mismo en Puerto Rico, pero el arroz es con gandules y los deliciosos pasteles –algo parecido al tamal– se hacen de una masa natural de guineo o banano verde molido y carne, envueltos en hojas de plátano.

Sudamérica 

En Chile lo más característico y fascinante de la Navidad también corre por cuenta de la naturaleza. 

Al estar ubicado en el hemisferio sur, en diciembre es verano, por lo que se celebra la llegada del “Viejo Pascuero” (así es como llaman a Papá Noel) en la playa con un vaso bien frío de “cola de mono”, un cóctel tradicional de Navidad elaborado con aguardiente, leche, café, azúcar, canela y vainilla.

Otro país que celebra la Navidad en un ambiente veraniego es Argentina. 

Es curioso ver las calles a pleno sol decoradas con elementos típicamente invernales. 

En un ambiente de fiesta –desde tempranas horas de la mañana– comienzan la convivencia en la que no suele faltar la típica parrilla argentina al aire libre, culminando la noche con fuegos artificiales mientras los más pequeños esperan la llegada de Papá Noel con su bolsa de regalos.

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