Las bibliotecas públicas de Ohio desempeñan un papel crucial como centros comunitarios no solo para la lectura, sino también para el acceso a Internet y recursos laborales y escolares. Sin embargo, se ven obligadas a tomar decisiones difíciles a medida que los ingresos por financiación estatal continúan disminuyendo, lo que pone en riesgo sus operaciones y programas.
Para Victoria Schrock, quien ha trabajado en tres sistemas bibliotecarios diferentes en el estado, la biblioteca representa un puente entre los usuarios y las necesidades humanas básicas. Comenzó a trabajar en bibliotecas en 2020 y observó cómo las comunidades dependían más de los recursos digitales durante la pandemia, pero también valoraban el acceso a la tecnología, los servicios sociales y la ayuda para la pérdida de aprendizaje.
La falta de cumplimiento de los ingresos estatales proyectados está llevando a los sistemas bibliotecarios a tomar decisiones sobre programas, personal e incluso a recortar horas de operación para sobrevivir. La financiación de las bibliotecas proviene del Fondo de Bibliotecas Públicas, que actualmente representa el 1,7% del fondo de ingresos generales del estado y se distribuye a las bibliotecas públicas de Ohio.
Los ingresos del Fondo de Bibliotecas Públicas han disminuido a lo largo de los años, sin recuperarse de las pérdidas de la recesión de 2009. En 2008, el fondo ascendía a 450,6 millones de dólares y desde entonces ha estado por debajo de esa cifra. En 2022, la distribución del fondo fue de 208,5 millones de dólares, disminuyendo aún más en 2023 y 2024.
Además, las bibliotecas no ven un crecimiento inflacionario en los fondos que reciben de los impuestos a la propiedad, y el estado no proporciona financiación para el mantenimiento de las instalaciones de las bibliotecas. Esto ha llevado a situaciones como la falta de mantenimiento de sistemas HVAC que tienen más de 50 años.
Las bibliotecas están buscando soluciones a largo plazo, como reducir las horas de funcionamiento y cambiar las prioridades de los servicios ofrecidos. A pesar de los desafíos financieros, el apoyo de la comunidad a los impuestos a las bibliotecas ha sido constante, con más del 80% de aprobación desde la década de 1980. Esto indica una expectativa creciente de los usuarios de las bibliotecas de tener acceso a recursos y servicios.
En última instancia, los defensores de las bibliotecas esperan que la alta tasa de aprobación de los impuestos a las bibliotecas impulse a los legisladores a priorizar la financiación de estos importantes centros comunitarios