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Inmigración

Beneficiaria de DACA exige solución definitiva

por Hernán Gálvez (hernan.galvez@lamegamedia.com)


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CLEVELAND, Ohio  — Alguna vez fueron niños que no podían decidir sus destinos. Ahora, son adultos que piden a gritos una solución definitiva a su situación migratoria. 

Los beneficiarios del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) se encuentran en un limbo.

Tienen permiso para trabajar e incluso estudiar, pero sin una vía fija hacia la ansiada residencia permanente. 

Este es el caso de Alejandra Campos, otrora niña que se dejó llevar por sus padres al que ahora es su hogar, los Estados Unidos, el país de su hijo.

Pero no por eso olvida sus raíces y ansía alguna solución que le permita decidir dónde asentarse, una decisión que no pudo tomar hace 15 años.

“Yo llegué a los 11 años, en el 2005. El idioma en algún momento me afectó mucho pero a través del tiempo logré adaptarme y ahora hablo el inglés a la perfección”.

La palabra inmigración empezó a tener importancia en su vida a los 16 años. 

“Yo quería trabajar y no sabía por qué no podía. Mi mamá me decía que no, que estaba chiquita y mejor estudiara. Después de un tiempo conocí a alguien y quedé embarazada. Nació mi hijo, entonces quise intentar trabajar pero lamentablemente no pude”. 

Así descubrió que no había nacido aquí y que su estado migratorio era difícil.

“No podía trabajar, no podía manejar, no podía hacer prácticamente nada. Creo que mis papás tenían miedo de decirme cuál era mi estado migratorio. Pienso que creían que al enterarme, me iba a frustrar. Y de hecho así fue, porque no me dijeron cómo eran las cosas”. 

De repente, los sueños se fueron truncando.

“Yo quería regresar a la universidad, trabajar, pero me era ya muy difícil con un hijo. Quería estudiar contabilidad pero lamentablemente para nosotros se nos hacía muy caro pagar nuestros estudios”.

DACA es una solución temporal sin garantías migratorias –existe un vacío legal para beneficiarios que salen del país– y Alejandra lo sabe.

“Por una parte DACA nos beneficia mucho porque nos permite trabajar, manejar, y lo agradecemos. Venimos de otros países sin que nuestros padres nos avisen, no podemos tomar ninguna decisión por nuestra edad cuando eso pasa”. 

También añora regresar a Perú algún día. 

“No toman en cuenta que justamente por esa falta de decisión no todos queremos ya de adultos quedarnos en este país sin poder movernos, no todos los que tenemos DACA deseamos quedarnos para siempre aquí. Por ejemplo, a mí me gustaría poner un negocio en mi país, salir adelante también afuera y tener la posibilidad de regresar sin problemas, más aún si tenemos familia aquí como en mi caso; mi hijo es ciudadano americano”. 

Explica claramente las limitaciones. 

“Ahí está el problema, de una manera u otra nos sentimos atrapados porque no podemos salir del país, ya que si lo hacemos no hay garantías de que nos dejen volver a entrar”. 

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