CLEVELAND, Ohio — Hablar con Bella Sin es remontarse en un viaje por la historia del género burlesque. Es conocer las transformaciones, los obstáculos y la percepción –a veces distorsionada– que se tiene de este arte centenario.
“Burlesque ha estado siempre entre nosotros, solo que la gente no lo entiende”, explica Sin en una entrevista con La Mega Nota.
Además de ser una figura localmente reconocida, Bella trabaja diligentemente para promover, hacer crecer y salvar la historia del burlesque en la región de Cleveland, Pittsburgh y Detroit.
Orgullo por sus orígenes
Bella siente mucho orgullo de sus orígenes mexicanos e indígenas.
“Tengo descendencia rarámuri-mexica y hablo Nahuatl (lengua de la familia uto-azteca, del centro y oeste de México), algo que no mucha gente sabe”, cuenta la artista.
Nacida en Juárez, en el estado de Chihuahua, México, se mudó con su familia a Estados Unidos siendo una adolescente.
Es durante esos primeros años en Estados Unidos que aprende por primera vez sobre el arte burlesque.
“En la biblioteca de la escuela encontré la enciclopedia ‘Pictorial History of Burlesque’ y me dejé absorber por las increíbles fotografías que se escondían en ese viejo libro que seguramente nadie había ojeado por muchos años”, recuerda.
“Me impactó la fotografía de una mujer que se parecía mucho a mí. Más tarde descubrí que era de origen latino”.
Desde ese momento –a sus jóvenes 16 años– despertó en Bella una increíble curiosidad por aprender más del género.
Historiadora, artista y activista
Es miembro del Comité Mexicano de Cleveland y –como parte de un nuevo proyecto cultural– se encarga de rescatar y preservar artículos pertenecientes al icónico Club Azteca para la creación de un futuro Museo de la Cultura Mexicana en Cleveland.
A su vez, es archivista de la Asociación Histórica Mexicana Estadounidense de Cleveland y publica su investigación burlesca en LatinBurlesqueHistory.com.
En 2011 fue nombrada como “una de las personas más interesantes de Cleveland” y “Cleveland Burlesque Queen” por la revista Cleveland Magazine.
Además, en 2017 recibió un reconocimiento de parte de The Ohio House of Representatives y del alcalde de la Ciudad de Cleveland, entre otras distinciones.
Actualmente forma parte de los 100+ Latinos que Cleveland debe conocer.
Fue productora ejecutiva del Festival Internacional Burlesque de Ohio durante 10 años, y es propietaria del antiguo Cleveland Burlesque.
Participó en la exhibición “Moves Shakers and Innovators” del Salón de la Fama de Burlesque en 2017.
Su misión como activista es la de “revitalizar el burlesque local”
Es voluntaria de la comunidad LGBTQ y maestra.
Golpe por la pandemia
A pesar de su trayectoria y reconocimiento, Bella fue uno de los tantos artistas que no pudo acceder a subsidios monetarios durante la pandemia ya que no se reconoce su trabajo como “arte”.
“Tengo 50 empleados y una compañía productora de vídeos. Pago mis impuestos, hago todo lo que tengo que hacer”.
Bella y otros artistas locales fueron obligados a trabajar y exponerse al virus arriesgándose a enfermar o contagiar a sus familias, para poder pagar sus cuentas.
“Vi muchos colegas y amigos morir o enfermar por covid porque no tenían más opción que trabajar. Las comunidades locales de ‘drag queens’ y burlesque quedaron destruidas y [la pandemia] nos forzó a trabajar en un ambiente peligroso; fueron meses muy duros y todavía nos estamos tratando de recuperar”, concluye.