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Archwood UCC dona edificios a centro cultural hispano

por Nate Flauto (nateflauto@gmail.com)


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CLEVELAND, Ohio — Desde que echó raíces en Archwood United Church of Christ (Archwood UCC) en el vecindario de Brooklyn Center, el Centro de Artes Culturales Julia de Burgos ha florecido. 

La sala de recreación ahora es un estudio de danza que alberga clases de baile latino, el sótano es reservado con frecuencia para celebraciones, y las aulas inactivas que alguna vez se usaron para el estudio de la Biblia están llenas de niños que forman parte de iniciativas como el Programa de Liderazgo de Imagen Latina.

En marzo de 2022, Archwood UCC traspasó su iglesia y casa parroquial sin costo alguno a su inquilino, el Centro de Artes Culturales Julia de Burgos. 

El 24 de julio, las dos organizaciones realizaron una ceremonia para celebrar la transferencia de propiedades en 2800 y 2804 Archwood Avenue.  

Este acuerdo atípico se ejecutó con la condición de que la pequeña congregación de Archwood UCC continúe compartiendo el espacio del edificio con su culto dominical habitual y la venta de productos comunitarios quincenales.

CONGREGACIÓN EXAMINA OPCIONES

Construidos en 1900 y 1928, respectivamente, la casa parroquial (una residencia provista para el clero) y la iglesia han albergado a la comunidad religiosa de Archwood UCC durante casi la mitad de sus 203 años como congregación del Centro de Brooklyn. 

Desde su formación, la misión de Archwood UCC ha sido servir a la comunidad, y después de dos siglos de evolución, este compromiso se ha mantenido firme al establecer un ministerio de alimentos en la comunidad, además de practicar su fe. 

Después de ver disminuir el tamaño de su congregación a lo largo de las décadas, Archwood UCC sabía que necesitaba evolucionar.

La decisión de buscar un nuevo propietario comenzó en 2014, cuando los miembros del consejo de Archwood UCC asistieron a una serie de seminarios con otras congregaciones de United Church of Christ que estaban abordando la reducción de personal y su futuro. 

Muchas de las iglesias participantes decidieron cerrar sus puertas o fusionar congregaciones. Archwood UCC, por otro lado, permaneció firme en su misión de servir a la comunidad a través del ministerio de alimentos y su deseo de evitar que el importante edificio se convirtiera en ruinas. 

“A pesar de la disminución de la membresía, hemos estado muy comprometidos con nuestra misión y el alcance en el vecindario”, señaló Judy Schumann, moderadora del órgano de gobierno de Archwood UCC. “Idealmente, queríamos encontrar a alguien que estuviera igualmente comprometido con el servicio al vecindario”.

Poco después de ceder la propiedad, Archwood UCC se acercó a Metro West Community Development Organization y se la ofreció como sede. 

Esta oferta, añade Schumann, fue rechazada ya que un estudio concluyó que el edificio no sería el más adecuado para Metro West. En cambio, los grupos trabajaron juntos para encontrar al futuro dueño de las propiedades de Archwood. 

Eventualmente, la directora ejecutiva del Centro Julia de Burgos, Letitia López, conocería el sitio y a Schumann a través de Metro West. 

“Nos reunimos con ellos [López] y hablamos sobre lo que era importante para cada uno y lo que era importante para el vecindario, [pues] no deseábamos que el edificio se convirtiera en una gran ruina vacía inservible a la comunidad”, destacó Schumann.

Y a través de un acuerdo de arrendamiento comenzó una nueva fase para ambas organizaciones. 

CONSTRUYENDO UNA ASOCIACIÓN

Fundado en 1989, el Centro de Artes Culturales Julia de Burgos ha tenido la misión de servir a las familias y artistas latinos a través de proyectos sociales y culturales. 

Antes de la mudanza a Archwood, habían alquilado espacios en iglesias o salones locales para desarrollar su programación. Esto significaba que el personal debía montar y desmontar las decoraciones y exhibiciones si el anfitrión tenía otros grupos alquilando el espacio cuando el centro no estaba reservado para utilizarlo.  

Casi inmediatamente después de recorrer los edificios de Archwood UCC, López reconoció que la propiedad mostraba potencial para permitir que el centro arraigara de manera permanente su organización y creciera. 

Los edificios tenían todo lo que podían desear para su organización orientada a programas culturales: una gran sala de recreación, cocina, aulas, salón de fiestas y mucho espacio de almacenamiento. Y así, después de que López obtuviera la aprobación de la junta del centro, comenzó a arrendar las propiedades de Archwood UCC en 2018.

Desde que se convirtió en inquilino de Archwood, el alcance de su organización ha crecido rápidamente, tanto que están contratando personal nuevo para aumentar su capacidad de servir a la comunidad, explicó López.  

Agrega que Archwood UCC y el centro han tenido una gran relación desde el principio porque la iglesia siempre les ha apoyado y dado mucha libertad como inquilinos

“Mudarnos a este edificio fue muy arriesgado para nosotros. Estábamos acostumbrados a espacios pequeños, y venir aquí era más responsabilidad financiera, pero teníamos que crecer, ¿no?, subrayó López. “Una vez que nos mudamos, todos vieron el crecimiento que vino con el edificio, y todo se trata del edificio y su ubicación... Desde que nos mudamos, hemos triplicado nuestra lista de socios comunitarios. Es realmente increíble”. 

TRANSICIÓN A LA PROPIEDAD

“[A lo largo de los años] hemos podido servir a nuestra comunidad de muchas maneras diferentes. Creo que ahora que somos dueños, podemos empezar a soñar con el futuro del edificio y lo que podemos hacer aquí”, asegura López.

Sin embargo, los costos de mantenimiento y posibles renovaciones presentarán nuevas demandas financieras. 

El edificio de 94 años tiene problemas de climatización y plomería que son comunes en estructuras de esa edad, dijo López. 

Mientras el centro era un inquilino, se tomaron el tiempo para comprender el edificio y las responsabilidades que conllevaría ser propietario. 

Ella describe el sitio como “peculiar” por su diseño, ya que tiene muchas escaleras, pasillos angostos y techos bajos. 

Hacer que cumpla con las regulaciones de ADA (Americans with Disabilities Act) es una meta para el centro, tratando que sea lo más accesible posible para los miembros de la comunidad con discapacidades. 

El centro ya completó la repavimentación de su estacionamiento degradado con la ayuda de una Subvención de Infraestructura Verde del Distrito Regional de Alcantarillado del Noreste de Ohio. La subvención de 2020 de $199,748 permitió que elevaran el lote y agregaran tres áreas de bioretención que manejan la escorrentía de aguas pluviales. 

MIRANDO HACIA EL FUTURO

Como propietarios, han convertido la antigua casa parroquial en un centro dedicado al arte. Aquí, ofrecen clases comunitarias, espacio de galería y áreas para aprender y practicar varios modos artísticos. Por ejemplo, las personas pueden aprender a pintar, escribir poesía o ser DJ en una fiesta, todo bajo el techo de la casa parroquial. 

El edificio también alberga su iniciativa “Unidos por el Arte”, establecida para apoyar a los creativos que enriquecerían los servicios del centro. Este programa, manifestó López, fue posible gracias a la Subvención de Apoyo para Artistas de Cuyahoga Arts and Culture.

Gracias a este aporte, el centro puede proporcionar anualmente un estipendio de $5,000 a diez artistas locales selectos para que trabajen en proyectos que involucren a la comunidad latina en el condado de Cuyahoga. 

Los artistas del centro, afirma López, han dejado su huella en la comunidad con murales en los edificios Weber y Zubal Book en la calle West 25th. “El arte es un factor tan importante en nuestra comunidad y en nuestras vidas…y ahora, los artistas latinos se exhiben en espacios donde históricamente no lo habían hecho”.

A través de Unidos por el Arte, ellos también reciben acceso al edificio, donde pueden utilizar el espacio de la galería para exhibir o enseñar arte. Los beneficiados también obtienen un estudio personal o compartido en el segundo piso, ya que un lugar para crear es un factor clave que eleva a los artistas subrepresentados porque el acceso al espacio y los materiales del estudio puede ser un impedimento costoso, recordó López. 

El centro también espera algún día convertir el tercer piso en un “loft” que –en un futuro cercano– servirá para acoger participantes en programas de residencia artística. 

Con tantas posibilidades ahora que es dueño del edificio, el centro ha establecido un “comité de reimaginación” para analizar las intenciones de su fundador, sus programas pasados, presentes y crear una visión para el futuro, donde la inclusión es la clave, anunció López. 

“El mundo cambia, tenemos que evolucionar, y entre nuestros desafíos debemos asegurarnos de atraer a todos y hacer de este un espacio seguro para cada uno de ellos. Queremos que las personas mayores estén aquí. Queremos que todos estén aquí”, puntualizó. 

 

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Este artículo fue publicado originalmente en The Land.

 

 

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