Si tiene en casa un joven adolescente empezando la secundaria es probable que uno de los inconvenientes personales más persistentes sea la aparición de granitos en el rostro, o en el peor de los casos, un brote de acné.
Si esta es una situación que le agobia en el hogar, entonces es momento de pensar en una visita al pediatra para que realice la primera evaluación médica y, si es necesario, le refiera a un especialista dermatólogo.
Aunque muchos expertos lo relacionan con transiciones hormonales, también es cierto que la higiene del rostro juega un papel fundamental, y prestarle mucha atención a lo que se come puede hacer la diferencia, evitando momentos de sufrimiento con el indeseable acné.
Así que si su hijo(a) insiste en que “la pizza no me lo causa”, es preferible empezar a experimentar quitando esas comidas sospechosas de provocar granitos e inflamaciones de la piel en los días siguientes.
Justamente para estos escenarios –cuando los chicos se rebelan en defensa de algunos alimentos–aquí les comparto detalles valiosos publicados por expertos:
En un blog de skinkraft.com, Minal Khona habla de nueve alimentos que pueden causar acné y recomienda otros que ayudan a controlarlo. Sus afirmaciones y sugerencias son respaldadas por la especialista en tecnología cosmética, Nikita Kolhe.
“¿Está viendo que sale una nueva espinilla [en el rostro] cada vez que come pizza o hamburguesa? ¿O ha estado controlando su ingesta de alimentos fritos porque sabe que le aparecerá un granito en la mañana siguiente? Si su respuesta a estas preguntas es afirmativa, probablemente desee evitar ciertos alimentos para prevenir el acné”.
De esta manera, la autora advierte atención a la ingesta de ciertos alimentos “de cuidado” para quienes batallan con problemas de acné:
Productos lácteos
Khona dice que aunque no existe una relación directa entre la leche y el acné, “un estudio realizado en adolescentes mostró que el consumo de leche descremada y baja en grasa provocaba un aumento del acné”.
Entonces, si a pesar de que se trata de lácteos con menos porcentaje de grasa, y nota acné después de su consumo, es mejor evitarlos, destaca Khona.
Comida chatarra
“Se sabe que los adolescentes que consumen grandes cantidades de comida rápida como hamburguesas y papas fritas experimentan acné. Sin embargo, se desconoce el vínculo y los ingredientes que causan exactamente el problema”.
Pero ante señales de alerta, es mejor ser proactivo y prevenir a tiempo, además de que ninguna forma de comida chatarra es buena para la salud.
Chocolates
“En un estudio realizado en hombres, se encontró que quienes consumían cacao 100% sin azúcar, sí causaba un aumento significativo del acné. El estudio concluye que comer chocolate (que generalmente contiene leche y azúcar) hace que el sistema inmunológico reaccione fuertemente a las bacterias que causan el acné”, describe.
Grasas y azucares
Basándose en consejos de expertos, Khona reitera que alimentos fritos como el tocino, o cualquiera con exceso de aceite/grasas puede provocar granitos en la piel.
También es de riesgo la proteína de suero, esa que usan los atletas y fisicoculturistas.
“El consumo de proteína de suero hace que las células de la piel crezcan y se multipliquen más rápido, además de aumentar los niveles de insulina, que pueden causar acné”.
Sobre la ingesta de granos refinados o la harina blanca que se encuentran generalmente en panes, pastas, cereales y fideos de arroz, asegura que “tienen un índice glucémico alto y elevan los niveles de azúcar en la sangre”, provocando “la producción de sebo que conduce al acné”.
Por otro lado, la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD, por sus siglas en inglés) insiste en la práctica de hábitos saludables que ayudarán a controlar el acné:
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Lavarse el rostro dos veces al día y después de sudar.
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Usar solo la punta de los dedos para aplicar cualquier loción limpiadora.
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Evitar los exfoliantes porque irritan la piel y empeoran la condición.
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Lavarse el cabello continuamente con un buen champú.
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Evitar tocarse la cara y dejar que la piel sane naturalmente.
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No exponerse al sol, ni a la radiación ultravioleta de camas de bronceado.
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Consultar a un dermatólogo si hay consecuencias emocionales, los productos no funcionan o si están quedando cicatrices/manchas visibles en el rostro.
