Nueva York, 20 dic (EFE).- Los New York Knicks se dieron un festín este martes en el Madison Square Garden contra los Golden State Warriors, huérfanos de Steph Curry, y triunfaron por 132-94 para sumar su octavo triunfo consecutivo en la NBA.
Immanuel Quickley brilló con 22 puntos en 22 minutos, Jalen Brunson superó los 20 puntos por decimoctava vez este año (21 esta noche) y Julius Randle selló un doble doble de quince puntos y doce asistencias, ante unos Warriors que sufrieron su decimoquinta derrota en 18 partidos disputados lejos de San Francisco, la peor marca de la NBA.
Los Knicks aprovecharon la baja de Steph Curry, ausente por sexto partido seguido a causa de una lesión en el hombro izquierdo, y acabaron con seis jugadores por encima de los diez puntos, incluidos los 18 de RJ Barrett.
El equipo de Tom Thibodeau no deja de pisar el acelerador y es sexto en la Conferencia Este, con un balance de 18-13. Su racha de ocho victorias consecutivas es la más larga en esta temporada de la NBA.
POOLE SE QUEDA SOLO
Los Warriors echaron de menos los puntos y el liderazgo de Curry. El único en intentar rebelarse fue Jordan Poole, con 26 puntos, insuficientes para cambiar la historia de un partido dominado por los Knicks.
El segundo mejor anotador de los Warriors fue Jonathan Kuminga, con 13 puntos, mientras que Klay Thompson no pasó de los once. Draymond Green anotó siete, con seis rebotes y cinco asistencias.
Lo neoyorquinos, que venían de ganar en el campo de los Indiana Pacers el pasado domingo con un parcial de 11-2 en los últimos dos minutos, mandaron con autoridad, liderados por su trío estelar formado por Brunson, Randle y RJ Barrett.
LOS KNICKS ENCARRILAN LA VICTORIA EN LA PRIMERA MITAD
El 8-0 con el que abrieron el encuentro supuso un claro aviso sobre la noche que esperaba a los Warriors, cuya falta de agresividad se reflejó en la pelea por los rebotes, perdida 57-32.
Los Knicks llevaban ocho puntos de margen al acabar el primer período y el margen era de trece puntos (69-56) al descanso, tras tocar un máximo de quince puntos.
Once puntos de RJ Barrett en el tercer período encarrilaron la cómoda victoria de los neoyorquinos, ante unos Warriors atascados y sin brillantez, en los que Poole fue el único en intentar cambiar la dinámica, con nueve puntos.
Los Knicks se lo pasaban en grande e incluso Isaiah Hartenstein participó en el recital con una gran asistencia, de casi 20 metros, para el mate de McBride (120-88).
Faltaban más de cinco minutos por jugar, pero Steve Kerr ya había sacado de la pista a Poole, Green y Thompson, con la mirada puesta en los próximos partidos.
Se unió a la fiesta de los Knicks Immanuel Quickley, quien alcanzó los 22 puntos, con un cinco de seis en triples.
Los Warriors se quedan en Nueva York y se enfrentarán este miércoles a unos Brooklyn Nets también en gran estado de forma, con una racha abierta de seis victorias consecutivas.
Son actualmente undécimos en el Oeste (15-17), fuera de los puestos de 'playoffs'.