Moscú, 4 mar (EFE).- El salto de altura tiene una nueva estrella, la ucraniana Yaroslav Mahuchikh. Hace un mes saltó 2,06 metros, la tercera marca de la historia bajo techo. En declaraciones a Efe, reconoce que sueña con batir el récord del mundo de la búlgara Stefka Kostadinova (2,09), vigente desde 1988.
"Por supuesto. Tengo muchos deseos de que sea una ucraniana quien bata el récord Mundial", dijo a Efe antes de viajar a Polonia para participar en los Europeos en pista cubierta en los que es la gran favorita.
Desde que se colgara el oro en los Mundiales juveniles de 2017, Mahuchikh, que cumplirá 20 años en septiembre, sólo ha saboreado la derrota en una ocasión.
Fue en los Mundiales de Doha (2019) ante la zarina de la especialidad, la rusa María Lasitskene. Y eso que la ucraniana saltó entonces la misma altura que la rusa (2,04 metros), sólo que con más intentos.
SALTAR 2,06 METROS CON 19 AÑOS
Quizás sea por su apellido, que significa "poderosa", pero Mahuchikh, que nació en la región de Dnipró, este de Ucrania, desborda una gran confianza en si misma y, al mismo tiempo, la frescura propia de su edad.
"Pensaba saltar 2,03 metros. Después de superar el listón, consulté con mi entrenadora sobre qué altura probar y decidimos intentar los 2,06 y así lograr el récord de la competición. Y salió bien", dijo.
Pese a la emoción y sorpresa iniciales, "pronto" entendió que el salto únicamente era consecuencia directa de los entrenamientos para mejorar su técnica.
"Así que, difícilmente se puede considerar este resultado algo casual o inesperado", añadió.
Recuerda que el legendario pertiguista ucraniano, Serguéi Bubka, ha perdido su récord mundial y que, entre los atletas ucranianos, sólo Inessa Kravets (triple salto), Yuri Sedij (martillo) y Natalia Dobrínskaya (pentatlón) los conservan.
"Por eso, hay que recuperar los récord mundiales para Ucrania", señaló.
EUROPEOS, SIN PENSAR EN EL ORO
Sea como sea, no tiene entre ceja y ceja la victoria como objetivo de cara a los europeos que arrancarán mañana, viernes.
"Nunca nos marcamos un resultado concreto como objetivo antes de un torneo. Para nosotros lo importante es mostrar buenos saltos y poner en práctica todo lo que practicamos en casa (...) Demostrarse a una misma que no todo fue una pérdida de tiempo", explicó.
Aunque tiene el mejor resultado de la temporada y Lasitskene no tiene autorización para competir en Polonia, Mahuchikh cree que "en el deporte es complicado hablar de favoritos".
"En salto de altura fijo que es así. Saltas al primer intento y otra lo logra al segundo, y la medalla ya es diferente. Así nos pasó en el Mundial en 2019", argumenta.
No se olvidó de su principal contrincante en Ucrania, Yulia Levchenko, con la que libra "permanentes batallas" tanto en casa como en el extranjero.
No le sorprende que haya más de una ucraniana entre las mejores saltadoras. "En Ucrania los saltos siempre han tenido un nivel muy bueno. Y la altura no es una excepción. Hay una buena escuela y entrenadores calificados", afirmó.
SIN ÍDOLOS DESDE NIÑA
Como de niña era muy "inquieta", sus padres le apuntaron al atletismo, aunque también practicó kárate.
"En una de las primeras competiciones, en 2015, corrí 100 metros con barreras y salté altura. Entonces, pensé que sería vallista, pero después quise saltar más", apunta.
De hecho, sigue saltando vallas, lo que, según dice, le ayuda a "sentir el ritmo".
Ha sido comparada con Kostadinova, muy admirada dentro y fuera de las pistas, pero la ucraniana replica que "no se compara con nadie".
"Nunca tuve ídolos como tales. Cuando acabábamos de empezar, (mi entrenadora) Tatiana Stepánova analizaba los saltos de otros deportistas, pero ahora nos sentimos más seguros y nos fijamos más en nuestros saltos durante las competiciones. No nos comparamos con nadie. Cada una tiene diferentes saltos, carrera y técnica", señaló.
Admite que antes de Doha le gustaba "cómo salta Lasitskene", triple campeona mundial, pero ha comprendido que "uno debe compararse con uno mismo" y alcanzar la perfección sin mirarse en el espejo de ningún rival.
TEMOR A CANCELACIÓN DE LOS JUEGOS
Mahuchikh reconoce que siente cierta inquietud por la posibilidad de que los Juegos Olímpicos de Tokio puedan ser cancelados debido a la pandemia de la covid-19.
"El pasado año ya los aplazaron y ahora se aproxima el verano de 2021 y la situación con el coronavirus no ha mejorado considerablemente. Aunque una siempre espera lo mejor", señaló.
"¿Sueño con el oro? Me parece que cada deportista sueña primero con clasificarse para los Juegos y después en subirse al podio", señaló.
Aunque no llegó a coincidir con Ruth Beitia por cuestiones de edad, recuerda los Juegos de Río en los que la española se alzó con la victoria.
"Recierdp esos Juegos en los que ganó. Los vi y aún recuerdo su victoria" por televisión, asevera.
DOPAJE: DOS POR DOS SON CUATRO
La atleta ucraniana, quien aludió a los programas promovidos por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Athletics Integrity Unit, tiene muy claro que "es necesario competir de manera limpia, sin dopaje".
"Para mí y mi entrenadora eso está tan claro como que dos por dos son cuatro. Nuestros pensamientos se centran en otras cosas, en saltar, en la técnica y los otros aspectos que permiten una mejora de los resultados", dijo.
Desde que ganó su primer oro en 2017, entendió que el salto de altura es y será su vida.
"Veo mi vida vinculada con el deporte. Tengo solo 19 años y espero poder competir durante largo tiempo al máximo nivel. Y al final de mi carrera, quiero entrenar", apuntó.
Ignacio Ortega