En los Estados Unidos, buscando formas para crear una nación más equitativa, el gobierno federal está trabajando en iniciativas que impondrán un incremento en los impuestos pagados por la gente rica con el fin de ofrecer mejores condiciones de vida al beneficio de personas pobres. En contraste, en Puerto Rico, la ley otorga exenciones contributivas a nuevos residentes ricos, obligando a la gente local pobre a cargar con todo el peso de pagar los impuestos para sufragar el costo que conlleva esta dinámica.
Como consecuencia, aprovechando que Puerto Rico es un territorio estadounidense, muchos millonarios están relocalizando sus residencias al país antillano, para así evadir las tasas contributivas en los Estados Unidos continentales.
De acuerdo con los resultados del Censo 2020, en Puerto Rico, una abrumadora mayoría de sus residentes son hispanos (98%), y el ingreso promedio per cápita es de solo $13,345 anuales, lo que representa ⅖ partes del promedio general en los EE. UU.
Mientras, el ingreso anual promedio por familia es de $20,474, aproximadamente ⅓ del promedio estadounidense actual.
Para generar capital frente a la billonaria crisis fiscal y revitalizar la devastación infraestructural causada por los recientes huracanes y terremotos, una serie de iniciativas gubernamentales apuntan al futuro económico puertorriqueño basado en el turismo y la inversión extranjera.
Como mecanismo de atracción, se establecieron programas de exención contributiva de impuestos a nuevos residentes, creando un paraíso fiscal para gente rica, aumentando el número de nuevos propietarios y empresarios extranjeros.
La Ley 20 busca atraer entidades de servicios externas a través de incentivos fiscales para reubicarse en la isla, proporcionándoles beneficios fiscales a estas empresas, incluyendo una tasa constructiva de solo 4%, una exención de impuestos del 100% sobre los dividendos y una exención del 100% en los impuestos a la propiedad.
De igual forma, la Ley de Inversionistas Individuales 22, busca atraer nuevos residentes a Puerto Rico ofreciendo una exención total del impuesto contributivo.
Los nuevos residentes además son elegibles para una exención de impuestos al 100% sobre los ingresos por intereses y dividendos, así como las ganancias de capital a largo plazo.
Entre algunos de estos nuevos residentes quienes se reubicaron a Puerto Rico para la evasión de impuestos se encuentra el polémico youtuber Logan Paul, quien de acuerdo con la revista Forbes genera un salario anual de $11 millones, y el controversial cryptomonetista Brock Pierce, quien por referencias de la misma publicación tiene un valor neto de $2 billones.
Por otro lado, en el año 2017, el entonces presidente Donald Trump estableció el programa de Zonas de Oportunidad (Opportunity Zones), permitiendo a inversionistas y desarrolladores diferir y reducir los pagos de impuestos sobre las ganancias de capital cuando invierten en zonas económicamente desventajadas, designadas por el gobierno federal.
El 98% de la isla de Puerto Rico, fue declarada “zona de oportunidad”.
Como consecuencia, en 2019, la Junta de Planificación de Puerto Rico anunció sus modificaciones a las clasificaciones de zonificación existentes para redefinir el uso de la tierra en la isla, incluso en áreas ecológicamente sensibles.
Los cambios reclasificaron áreas de patrimonio cultural y de agricultura para permitir el desarrollo de propiedades residenciales y comerciales.
En el pasado, las áreas de turismo residencial se dividían en clasificaciones específicas que determinaban el tamaño y alcance de las empresas.
El nuevo plan de zonificación ya no hace tales distinciones.
En cambio, crea una clasificación más general que reduce limitaciones sobre el desarrollo potencial, permitiendo la construcción de complejos vacacionales, condominios y casinos de gran proporción, donde anteriormente era ilegal hacerlo.
