Los inviernos son largos, fríos, el color predominante es el gris y la inclemencia del tiempo obliga a permanecer en espacios cerrados. Este entorno, aunque es parte de un ciclo natural, en muchas personas ha quedado clínicamente evidenciado que puede causar ansiedad, claustrofobia y hasta depresión. Ante el sombrío panorama, usted no necesita encontrar otra excusa para darse una escapadita a la Isla del Encanto, Puerto Rico.
El consenso general apunta hacia San Juan como el destino predilecto, y sin lugar a duda ofrece al visitante toda una amalgama de amenidades, eventos sociales, culturales, historia, moda y más. Por cierto, su vida nocturna es inigualable, no obstante, más allá de la ciudad capital existe todo un archipiélago para descubrir.
Bosque tropical del Yunque
Es un lugar muy popular entre turistas, era sagrado para los ancestros arhuacos y es simplemente hermoso. Pero igualmente fascinante es la zona de la Cordillera Central, una cadena de montañas que básicamente acapara todo el centro de la isla y que de por sí es un bosque tropical.
Esta región alberga un sinnúmero de pueblos y pequeñas ciudades con personalidad única en cada uno de ellos. A través de esta, usted encontrará reservas forestales, cascadas, lagunas, parques ceremoniales indígenas y exquisitos parajes gastronómicos, como el barrio Guavate, característico por servir el mejor “lechón asao” de Boriken.
Ponce, ciudad señorial
Se encuentra al sur, en las costas del mar Caribe. Es la segunda ciudad de Puerto Rico en lo que se refiere a expansión territorial y densidad poblacional.
Similar al Viejo San Juan, la arquitectura colonial adorna sus calles, cuenta con muy buenos restaurantes, lugares históricos de relevancia y su museo de arte es impresionante. De hecho, esta es la casa de la obra internacionalmente reconocida, “The Flaming June”.
San Germán, ciudad fundadora
Aproximadamente a una hora al oeste de Ponce se ubica San Germán, la denominada “Ciudad Fundadora de los Pueblos”. Esta es aún más antigua que San Juan, y aquí se encuentra uno de los edificios más antiguos de la era poscolombina en las Américas, la capilla Porta Coeli.
Su arquitectura es una de las más interesantes de este pequeño archipiélago, en la que se mezclan estructuras coloniales francesas –como las de Nueva Orleans– con la española y hasta victoriana británica.
Playas de arena fina
Al este de la isla grande (entiéndase Puerto Rico) se encuentran las islas municipio de Vieques y Culebra, para llegar a ellas es necesario tomar un ferry.
En Culebra está un tesoro escondido y muy valorado por los puertorriqueños. La playa Flamenco es simplemente la más hermosa. Sus arenas son tan finas que parecen como si se tratase de algún tipo de polvo.
Aquí no hay ríos u otro tipo de industria más allá de los pescadores locales, por ende, sus aguas son increíblemente puras y cristalinas. Flamenco es un lugar idóneo para acampar en total paz, puede darse un chapuzón a la media noche si así lo desea y solo integrarse a la naturaleza.
A pesar de la hegemonía estadounidense, en Puerto Rico la gente habla español. La moneda oficial es el dólar americano y no necesita pasaporte, su licencia de conducir le será suficiente.
En los que se refiere a los llamados “códigos de PR”, los boricuas son muy hospitalarios, serviciales, acomodaticios y valoran mucho la humildad. Si el visitante es genuino, cortés y respeta las reglas locales, no tendrá ningún problema.
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*En el centro suroeste de Puerto Rico se ubica la histórica ciudad de San Germán. En ella, entre calles de adoquines y una pintoresca arquitectura colonial del siglo 16, está la capilla de Porta Coeli. (La Mega Nota/Hugo Marín)