Las artesanías nicaragüenses destacan por sus tintes naturales y diseños tradicionales, que perduran a lo largo del tiempo y se exhiben junto a creaciones más contemporáneas.
Las familias artesanas trabajan en talleres dentro de sus propias viviendas, y siempre extienden una cálida invitación a los visitantes para presenciar el proceso de creación de sus piezas.
Para quienes visitan Nicaragua por primera vez, Granada es una parada obligatoria.
Esta ciudad colonial ofrece bellezas naturales como la Laguna de Apoyo, los volcanes Mombacho y Masaya.
Si se prefiere la playa, San Juan del Sur es ideal para relajarse y reconectarse con la naturaleza, mientras que Matagalpa y Estelí son perfectos en el turismo rural y los climas frescos.
Aquellos que buscan un escape paradisíaco, encontrarán un verdadero tesoro en las Islas del Maíz en el Caribe nicaragüense.
María Isabel Canto asegura que ser nicaragüense es mucho más que nacer en un territorio; es tener un profundo amor por la tierra y su gente. Es enfrentar las dificultades con humor y en compañía, hacer sentir bienvenidos a los demás y vivir la vida plenamente.
Este espíritu acogedor se refleja en la hospitalidad de su gente, siempre dispuesta a compartir lo mejor de su hogar con los demás.
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*En la foto, Isletas de Granada, Lago Cocibolca. (Cortesía/María Isabel Canto)