Río de Janeiro, 3 mar (EFE).- La economía brasileña, impactada por la crisis generada por la pandemia, cayó un 4,1 % en 2020, su mayor contracción en los últimos 25 años, pero mostró una fuerte reacción en el segundo semestre y llevó al Gobierno a reafirmar su proyección de que crecerá un 3,2 % en 2021.
De acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), con una caída del 4,1 %, el producto interno bruto (PIB) de la mayor economía de Suramérica registró en 2020 su peor desempeño desde que, en 1996, el indicador comenzó a ser medido con los actuales criterios.
Igualmente fue la mayor contracción del país, independiente de los criterios de medición, en 30 años, desde 1990, cuando la economía se retrajo un 4,35 % por la confiscación de los ahorros decretado por el entonces presidente, Fernando Collor de Mello.
El resultado de 2020 fue mejor que el que proyectaban el Gobierno y los economistas (-4,5 %) y la contracción muy inferior a la que llegó a prever el Fondo Monetario Internacional (FMI) en los peores meses de la pandemia, cuando dijo esperar un desplome histórico del PIB de Brasil del 9 %.
Según estadísticas citadas en un informe divulgado por el Ministerio de Economía, la caída de la economía brasileña en 2020 se ubicó por debajo de la contracción promedio del 5 % medida en los países analizados por la OCDE.
De acuerdo con tal estudio, la economía de Brasil tuvo en 2020 un mejor resultado que la de otros países de América Latina, como México (-8,7 %) y Colombia (-6,8 %), así como de algunos países del G7, como Reino Unido (-9,9 %), Alemania (-5,3 %) y Japón (-4,8 %).
BRASIL CAYÓ A DUODÉCIMO LUGAR ENTRE MAYORES ECONOMÍAS DEL MUNDO
Pero ese mejor desempeño no impidió que Brasil, por valores del PIB (7,4 billones de reales o 1,345 billones de dólares en 2020), cayera desde el noveno lugar en la lista de las mayores economías del mundo en 2019 hasta el duodécimo en 2020, según proyecciones de la agencia de calificación de riesgo Austin Rating.
De acuerdo con los datos divulgados por el IBGE, el fuerte retroceso del PIB brasileño en 2020 fue provocado principalmente por la caída del consumo, por el lado de la demanda, y por el mal desempeño del sector servicios, por el lado de la oferta.
El consumo de las familias, que es el mayor motor de la economía en un país con 210 millones de habitantes, cedió un 5,5 % en 2020, su mayor caída histórica, debido al aumento del desempleo, a la reducción de la renta y a las medidas de distanciamiento social.
Una caída mayor del consumo fue evitada por la decisión del Gobierno de distribuir subsidios mensuales entre cerca de 67 millones de familias de desempleados, informales y pobres.
La contracción igualmente fue presionada por la fuerte caída del 4,5 % que sufrió el sector servicios, responsable por el 70 % del PIB brasileño, ya que la industria retrocedió un 3,5 % y la agropecuaria creció 2,0 %, impulsada por las exportaciones, el aumento de los precios de los alimentos en los mercados internacionales y cosechas récords de productos como soja y café.
Pese a la grave contracción de 2020 en general, la economía brasileña creció un 3,2 % en el cuarto trimestre frente al tercero, encadenó dos períodos de expansión consecutiva (había saltado un 7,7 % en el tercero) y tuvo en los últimos tres meses un desempeño muy superior al esperado por el mercado (+2,8 %).
Tras la histórica contracción económica del 6,4 % provocada por la pandemia en el primer semestre de 2020, la economía brasileña reaccionó con un crecimiento del 4,1 % en el segundo semestre.
De acuerdo con el Ministerio de Economía, la "vigorosa" retomada del segundo semestre demuestra que la economía se recuperará al mismo ritmo que se desplomó en los primeros meses de la pandemia y que volverá en breve a los niveles previos a la crisis.
EL GOBIERNO PREVÉ QUE BRASIL CRECERÁ 3,2 % EN 2021
Por tal motivo, el Ministerio confirmó su proyección de que la economía crecerá un 3,2 % en 2021, aunque alertó de que tal expansión está condicionada a la aprobación de las reformas estructurales propuestas por el Gobierno, como la administrativa y la tributaria, y a medidas que garanticen una reducción del histórico déficit público.
El crecimiento de 2021 también está condicionado a la expansión de la campaña de vacunación contra la covid, dice el informe.
"La combinación de esos factores elevará la confianza y garantizará un mayor vigor de la actividad económica a lo largo del año, especialmente porque la incertidumbre económica global continúa elevada por la pandemia", según el estudio.
Pese a que no llegó a hundir a Brasil en una nueva recesión, la crisis económica provocada por la pandemia, que paralizó las actividades por varios meses y redujo la renta y el consumo de los brasileños, interrumpió la recuperación que el país intentaba desde la histórica recesión que sufrió en 2015 y 2016, cuando el PIB retrocedió en cerca de 7 puntos porcentuales.
Tras los retrocesos de 2015 (-3,5 %) y 2016 (-3,3 %), Brasil volvió a crecer en 2017, con un ligero avance del 1,3 %, y mantuvo un tímido ritmo de recuperación en 2018 (+1,8 %) y 2019 (+1,4 %).
La pandemia en 2020 y la recesión de 2015 y 2016 hicieron que Brasil terminara la década de 2011-2020 con su peor desempeño económico en los últimos 120 años, incluso inferior al de la llamada década de pérdida (1981-1990), cuando toda América Latina fue castigada por la crisis de la deuda externa.
La economía creció a un promedio anual del 0,3 % anual en la década de 2011-2020, por debajo del avance del 1,6 % anual en la década pérdida.