Río de Janeiro, 3 mar (EFE).- La economía brasileña se contrajo un 4,1 % en 2020, su peor desempeño en los últimos 25 años, afectada por la pandemia de la covid, que paralizó las actividades por algunos meses y redujo el consumo en un 5,5 %, informó este miércoles el Gobierno.
Pese a que la caída fue menor a la proyectada por el Gobierno y los economistas, se trata de la mayor retracción sufrida por Brasil en los últimos 25 años desde que, en 1996, el indicador comenzó a ser medido con los actuales criterios, y superó el retroceso del 3,5 % de 2015, cuando el país enfrentó su mayor recesión en varias décadas.
Igualmente fue la mayor contracción del país, independiente de los criterios de medición, desde 1990, cuando la economía se retrajo un 4,35 % por la confiscación de los ahorros decretada por el entonces presidente Fernando Collor, y la tercera mayor en el último siglo, superada también por la de 1981 (4,25 %).
De acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el Producto Interior Bruto (PIB) del país se hundió en 2020 frente a 2019 arrastrado principalmente por el desplome del 4,5 % del sector servicios, que es responsable de cerca del 70 % del PIB de Brasil.
Mientras que la caída del sector industrial fue del 3,5 %, la mayor economía de Sudamérica se salvó de un resultado peor gracias a que la agropecuaria creció 2,0 %, impulsada por las exportaciones, el aumento de los precios de los alimentos en los mercados internacionales y cosechas récords de productos como soja y café.
Por el lado de la demanda, mientras que el consumo de las familias, principal motor de la economía de Brasil, retrocedió un 5,5 %, su mayor caída histórica, el consumo del Gobierno se retrajo un 4,7 % y la inversión un 0,8 %.
El resultado final no sólo fue mejor que el esperado por todos los analistas sino que dejó clara la tendencia de recuperación después de que el PIB de Brasil acumulara un retroceso del 5,6 % en el primer semestre de 2020 frente al mismo período de 2019 y del 5 % en los nueve primeros del año pasado.
De acuerdo con el IBGE, el PIB per cápita de Brasil cayó un 4,8 % en términos reales (ya descontada la inflación), hasta 35.172 reales (6.395 dólares) en 2020, su peor resultado igualmente en los últimos 25 años.
LA ECONOMÍA CRECIÓ 3,2 % EN EL ÚLTIMO TRIMESTRE DE 2020
Pese al resultado negativo del año, la economía brasileña creció un 3,2 % en el cuarto trimestre de 2020 frente al tercero, lo que confirmó la tendencia de recuperación tras los meses más duros de la pandemia y descartó cualquier posibilidad de recesión.
El PIB ya había avanzado un 7,7 % en el tercer trimestre frente al segundo tras el histórico desplome del 9,2 % que sufrió en el segundo trimestre, cuando las medidas de distanciamiento que cerraron negocios y paralizaron las actividades seguían vigentes.
La recuperación económica frente a los meses inmediatamente anteriores no impidió que Brasil registrara en el cuarto trimestre una contracción del 1,1 % frente al mismo período de 2019.
El buen desempeño de la economía en el último trimestre frente al tercero fue impulsado principalmente por el crecimiento del 2,7 % del sector servicios (la industria creció 1,9 % y la agropecuaria retrocedió 0,5 %) y por el incremento del consumo de las familias (+3,4 %) y del Gobierno (+1,1 %).
Pese a que no llegó a hundir a Brasil en una nueva recesión, la crisis económica provocada por la pandemia, que paralizó las actividades por varios meses y redujo la renta y el consumo de los brasileños, interrumpió la recuperación que el país intentaba desde la histórica recesión que sufrió en 2015 y 2016, cuando el PIB retrocedió en cerca de 7 puntos porcentuales.
Tras las retracciones de 2015 (-3,5 %) y 2016 (-3,3 %), Brasil volvió a crecer en 2017, con un ligero avance del 1,3 %, y mantuvo un tímido ritmo de recuperación en 2018 (+1,8 %) y 2019 (+1,4 %).
La pandemia en 2020 y la recesión de 2015 y 2016 provocaron que Brasil terminara la década de 2011-2020 con su peor desempeño económico en los últimos 120 años, incluso inferior al de la llamada década de pérdida (1981-1990), cuando toda América Latina fue castigada por la crisis de la deuda externa.
La economía creció a un promedio anual del 0,3 % anual en la década de 2011-2020, por debajo del avance del 1,6 % anual en la década pérdida.
Según las previsiones de los economistas consultados por el Banco Central, la economía brasileña comenzará a recuperarse en 2021, para cuando se prevé un crecimiento del 3,47 %, porcentaje que se reducirá al 2,50 % en 2022, 2023 y 2024.
Pero esa recuperación está condicionada a que Brasil avance en la campaña de inmunización contra la covid y a que consiga finalmente controlar la pandemia, que está en sus peores momentos debido a una segunda ola más virulenta y mortal en la que el promedio de muertes diarias está en niveles récord.