Se acerca el Domingo de Pascua y los cristianos festejan este día con diferentes tradiciones. La mayoría asisten a la iglesia para alabar la resurrección de Cristo.
Para los católicos, culmina el período de Cuaresma y la comunidad celebra con emoción. En muchos lugares del mundo la tradición popular es regalar a los niños huevos y conejos de chocolate, dulces, canastas con confites, además de adornar las casas y lugares públicos.
En Argentina, país donde más del 80% de la población es católica, las actividades de Pascua son tan populares como otras fiestas a nivel nacional.
La gente asiste a la iglesia, a las procesiones en las calles, a la ceremonia de lavado de pies y después comen en familia algunos platillos que incluyen pescado de diferentes variedades, y la tradicional rosca de Pascua.
“Previo a la Pascua se celebra el Domingo de Ramos, y se va a misa a bendecir ramos de olivo; el jueves y viernes no se come carne roja y son días de guardar. El Domingo de Pascua se va en familia a misa, nos reunimos a almorzar y luego se comen los huevos (de chocolate) y la rosca”, recuerda Cintia DAranno, una inmigrante argentina residente en Ohio.
“Cuando era pequeña se respetaba más la tradición, ahora se ha perdido un poco más porque la gente aprovecha para viajar de vacaciones, pero siempre es lindo reunirse y festejar en familia”, agregó DAranno.
A su vez, Natalia Guerrero Ramírez-Gastón, peruana que vive en Copley, Ohio, compartió sus experiencias en esa región sudamericana:
“En Perú no se come carne en Semana Santa, las familias van a misa el Domingo de Pascua, comen juntas, siempre algo de pescado en el menú y luego a los chicos se les regalan huevos de chocolate. Hay una celebración muy linda en Ayacucho, la gente local sale a bailar con trajes típicos a las calles [y] mucha gente viaja a esta ciudad a ser parte de ese festejo porque es muy famoso”.
Clara Perdomo, una colombiana que vive desde hace unos años en Copley, Ohio, explica cómo se mantienen las tradiciones en dos ciudades donde los eventos de Pascua son muy importantes. “Una es Popayán y la otra es Buga. Ahí, las procesiones nocturnas son espectaculares, tanto así que a las de Popayán las declararon Patrimonio Cultural de la UNESCO. Durante estas fechas en las carreteras desde otras ciudades, se pueden ver a las personas que prometieron visitar el templo del Milagroso de Buga, caminando por horas y horas hasta llegar ahí”.
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Inmigrantes de distintas regiones de América Latina siguen cultivando sus tradiciones religiosas en Ohio. En esta fotografía de archivo, el sacerdote peruano Rodolfo Coaquira Hilaje bendice las palmas antes de una procesión de Domingo de Ramos en Cincinnati. (La Mega Nota/Elvia Skeens)