En Panamá se come mondongo, rabo y lengua de res guisada, una costumbre también influenciada por las recetas de países caribeños como Cuba y República Dominicana.
Muy a pesar de que –así como los cuestionarios obligatorios para elegir la mejor respuesta– en lo personal descarto todas las anteriores, en casa crecí viendo como mi abuela se levantaba en la madrugada para hacer la tortilla del desayuno, “poner los porotos” (frijoles pintos) y el mondongo que cocinaba por muchas horas en el fogón de leña con papas, zanahorias, apio, culantro, ajo, cebolla, ajíes, orégano y pimienta.
Un poco antes del mediodía el almuerzo estaba listo: arroz blanco, porotos, tajadas de plátano maduro, ensalada de papas (rosada o amarilla) y un mondongo bien ensalzado, todo servido con un vaso de chicha de naranjas que siempre cosechaba y exprimía mi papá.
En ese momento yo escogía la opción “sin mondongo” y hasta el día de hoy así ha sido, solo admiro las manos que lo preparan porque me recuerda a mi querida abuela, pero no puedo dar un testimonio de sabor.
Fotografía: (La Mega Nota/Elvia Skeens)