Tokio, 26 jul (EFE).- La selección brasileña femenina de balonmano, que dirige el español Jorge Dueñas, dio un paso fundamental para lograr el acceso a los cuartos de final del torneo olímpico, tras imponerse este martes por 33-27 a Hungría.
El conjunto sudamericano, que ya en la primera jornada logró un valiosísimo empate (24-24) ante Rusia, la vigente campeona olímpica, volvió a demostrar que quiere ser uno de los nombres propios en estos Juegos.
Y es que los de Tokio serán posiblemente los últimos Juegos para jugadoras como la lateral "Duda" Amorim, la extremo Alexandra o la central Ana Paula, todas ellas integrantes del equipo que llevó a Brasil a lo más alto del panorama mundial, tras proclamarse campeonas del mundo en el año 2013.
Una despedida olímpica en la que estas tres leyendas del balonmano brasileño quiere poder luchar por las medallas que se les escaparon hace cinco años en su país, tras caer en los cuartos de final de los Juegos de Río ante los Países Bajos por un claro 32-20.
Tal y como dejaron claro este martes ante Hungría en un duelo en el que Duda, autora de siete dianas, Alexandra, que firmó cuatro, y Ana Paula, que no erró ninguno de los siete lanzamientos que intentó, sumaron más de la mitad de los goles del conjunto brasileño.
Una sobresaliente actuación que permitió a las de Jorge Dueñas el dubitativo arranque de partido que protagonizaron y que situó a las sudamericanas con una desventaja de 1-4 en el marcador.
Pero Brasil supo reaccionar y no sólo igualó la contienda, sino que logró marcharse al descanso con una renta de seis tantos (17-11), que las sudamericanas aumentaron todavía más en la segunda mitad.
Como reflejaron los nueve goles de diferencia (29-20) con los que el equipo brasileño encaró los últimos nueve minutos de juego, en los que las Duda, Ana Paula y compañía se relajaron lo que permitió a Hungría maquillar mínimamente el resultado final (33-27).
