Sao Paulo, 12 oct (EFE).- Miles de fieles concurrían este martes al santuario de la Virgen de Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil, después de que las celebraciones del año pasado fueron muy restringidas a causa de la pandemia de coronavirus.
La basílica de la ciudad de Aparecida do Norte, a 170 kilómetros de Sao Paulo, es un lugar de peregrinaje para los católicos brasileños que llegan hasta allí para rendir homenaje a su patrona. En años anteriores se han llegado a congregar hasta 170.000 fieles.
Para este martes, las autoridades esperaban que a lo largo del día se hicieran presentes unas 30.000 personas para recorrer el interior de la basílica y participar en alguna de las 14 misas programadas para esta fecha en el templo.
En la misa principal, el arzobispo de Aparecida, Orlando Brandes, hizo un llamamiento para construir un país sin odios, sin armas y sin corrupción y fomentar el espíritu de fraternidad.
"Para ser patria amada no puede ser patria armada", afirmó el prelado, que también pidió evitar que los "niños inocentes" se conviertan en "niños armados".
Estos comentarios se oyeron días después de que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en un mitin en la ciudad de Belo Horizonte, utilizara a un niño de 6 años vestido con uniforme militar y portando un fusil de juguete como "ejemplo de civilidad".
"Los niños necesitan otras armas, oración, obediencia, vivir con sus hermanos", afirmó el arzobispo en la principal misa de la Basílica de Nustra Señora Aparecida.
En las celebraciones del año pasado en el templo sólo se permitió la entrada de mil fieles, pero hoy pudieron concurrir 2.500 en cada misa, como parte de las medidas que permiten a Brasil recuperar poco a poco el ritmo por una pandemia que ha causado unos 600.000 muertos.