Berlín, 3 mar (EFE).- La Berlinale presenta hoy, dentro de la sección a competición Encounters, el filme "Azor", del suizo Andreas Fontana, una historia de misterio y rivalidad ambientada en el mundo de la banca privada en un contexto, la dictadura militar argentina, en el que la discreción es más que nunca el mejor aliado.
Según explicó Fontana a Efe, ubicar al protagonista en un periodo histórico tan "horrendo" como la dictadura argentina es situarlo en un lugar "de peligro" y precisamente eso es lo que le interesaba, "poner un personaje en una situación de mucho riesgo y ver cómo reacciona, con sus propios códigos, con su propia cultura".
"Y ahí vemos que la cultura bancaria no es cualquiera (...), y yo creo que en esa situación tan tensa y extrema como fue la dictadura argentina, las cosas se desvelan de una forma más clara", afirma.
En "Azor", primer largometraje de Fontana, el banquero privado suizo Yvan De Wiel viaja junto a su mujer Inés a Buenos Aires en plena dictadura militar en busca de su socio René Keys, encargado de las relaciones con los clientes argentinos, y que desaparece misteriosamente de la noche a la mañana.
De Wiel se topa con una sociedad decadente de terratenientes, nuevos ricos, herederas, aristócratas, militares, empresarios y cargos eclesiásticos, cómplices del régimen, pero interesados en sacar beneficio de un sistema bancario y un cuerpo diplomático confabulados para sacar su fortuna de forma segura del país.
La idea desde el inicio era asumir el punto de vista de un banquero privado, que sólo trabaja con gente "con mucha fortuna", no con gente común.
LA MIRADA DEL BANQUERO
Limitar el punto de vista a esta clase es por un lado "una mirada poco vista", "inusual" y también "una mirada cruda sobre el mundo", pero que al director le resultaba interesante "investigar de una forma rigurosa".
Para que el discreto De Wiel pueda asumir el rol cada vez más nebuloso de su desaparecido socio, tendrá que aprender a interpretar y hablar el idioma de un poder oscuro mayor.
Según Fontana, De Wiel y Keys son dos personas "totalmente misteriosas, pero de una forma totalmente distinta".
Keys, porque está ausente, "es una proyección pura tanto de los clientes como del espectador", una "imagen de fantasía, casi ideal o maquiavélica, según la persona" que lo describa.
De Wiel, en cambio, es una persona misteriosa porque "nunca desvela quién es y qué opina", con una apariencia pasiva, aunque finalmente parece que "lo tenía todo planeado" o por lo menos que sólo esperaba "el momento justo y la situación justa".
Lo que el protagonista vive en secreto es sencillamente "un gran conflicto de competitividad o de rivalidad" y la bancaria "no es una cultura donde la moral tiene mucho peso", señala el realizador.
En la trama, De Wiel es la cara visible y su mujer, Inés, la "estratega", la que "sabe exactamente lo que hay que hacer"; él, en cambio, "es un poco más un juguete roto", "no es muy vivo, pero es trabajador".
UNA RELACIÓN AFECTIVA CON ARGENTINA
La relación de Fontana con Argentina es "afectiva" y para el realizador es un lugar, una cultura, que estimula su imaginario; son muchos los encuentros que han marcado su vida y que han generado hacia ese país "una especie de proximidad", asegura.
"Argentina tienen una relación con lo narrativo que es bastante fascinante, como si fuera un juego. Para ellos, narrar es como jugar al póquer con alguien que puede mirar las cartas", afirma.
Suiza, en cambio, tiene "en baja estima a sus poetas", lo que, lamenta, es "un error bastante grande".
Estrenar en la Berlinale -que este año se celebra en un formato híbrido, con la cita virtual para la industria que está teniendo lugar ahora, y una abierta al público en junio-, le dará a su filme una visibilidad que no hubiera tenido en un caso distinto, dice convencido el cineasta.
Hacerlo dentro de la sección Encounters, creada el año pasado para apoyar a las nuevas voces del cine y dar un mayor espacio a las diversas formas narrativas y documentales en la selección oficial, es, además, "una forma extraordinaria para esta película en particular de llegar al mundo".
Encounters "despertó muchas expectativas el año pasado, mucha energía y una esperanza de algo nuevo" y es una sección que "tiene también la ambición de cuidar la forma, de interrogar la forma", al igual que su película, agrega.
En tanto, Fontana ya está trabajando en un nuevo proyecto en relación con otro ámbito profesional -la diplomacia-, con el que "trabajar siempre con la idea del poder de la sombra", con "la discreción no tanto como un problema, sino como un estrategia", revela.
Elena Garuz